El Málaga CF se impuso al Fuenlabrada con solvencia, insistencia y buen juego. Tres puntos para el equipo de José Alberto López, que llegaba a este encuentro muy cuestionado. Los jugadores acabaron el partido dándose una fiesta con su afición, celebrando con la grada un triunfo que vale mucho más que los puntos.
La alegría volvía a La Rosaleda. A pesar de los duros varapalos en las últimas semanas, la afición tenía ganas de volver a ver a su equipo de cerca. Lejos del lleno, el estadio malaguista sí tuvo un aumento considerable de público -más de 12.000 personas poblaban las gradas-, algo que se notó desde que resonó a capella el himno blanquiazul hasta en el ánimo de los futbolistas blanquiazules.
De hecho, los de José Alberto salieron con todo. La primera ocasión surgió en el minuto 3 con un cabezazo de Roberto que se marchó lamiendo el palo y que fue sólo el inicio de lo que estaba por venir en el primer tiempo. Tras esta del Málaga, mientras el público cantaba a Luis Muñoz para animarle en su recuperación, llegó la única clara del Fuenla, que acabó en doble parada de Dani Martín, que tiró de reflejos para evitar que el primer tanto rival subiese al luminoso.
A partir de ahí, el equipo malaguista se empezó a gustar. Especialmente por la banda izquierda, donde la asociación entre Javi Jiménez y Brandon Thomas, con incursiones de Jozabed, prometía dar alegrías. Y así fue: a la media hora de partido, el gol del Málaga llegaba precisamente desde esta banda. Jozabed mandaba al segundo palo la segunda jugada de un córner y Peybernes se estrenaba como goleador con un certero cabezazo. La dedicatoria no podía ser para otro que para Luis Muñoz: el francés se acercó al banquillo, donde le tendieron una camiseta con el '8' y todos los compañeros le ayudaron a elevarla.
Unos minutos después, el público de La Rosaleda pasó de la euforia del gol a la rabia. Kevin caía en el área y el colegiado González Francés no indicaba nada. Tampoco hubo revisión en el VAR, por lo que los aficionados estallaron contra el trencilla canario, que unos minutos después también se llevaría más cánticos por dar la ley de la ventaja en un choque de cabezas entre Sotillos y Roberto.
Al descanso se llegó siguiendo la misma tónica. El Fuenla trataba de romper las filas malaguistas en busca de acercarse a la portería de Dani Martín, pero fue el Málaga quien estuvo más cerca de lograr el segundo. Por eso el equipo se marchó a vestuarios entre aplausos y con la grada puesta en pie.
La segunda mitad empezó como terminó la primera, con mucha intensidad y con el Málaga ávido por anotar el segundo tanto que sentenciara de forma temporal el marcador. Y también siguió recibiendo pitadas el colegiado, ahora por una caída de Víctor Gómez en el área en la que tampoco vio nada.
Roberto tuvo una ocasión muy clara en el 52', solo ante Altube, pero su disparo, muy forzado, se fue directo a las manos del meta. No obstante, el público aplaudió su osadía.
Introdujo tres cambios Oltra que sentaron bien al Fuenla, pero era el Málaga quien seguía dominando en acercamientos a la portería rival y defendiendo con solvencia para alejar el peligro de la suya. Un peligro que también atajaba Dani Martín, con una seguridad que hacía olvidar lo ocurrido en partidos anteriores.
Sufría La Rosaleda en los minutos finales, especialmente cuando se marcaron siete minutos de tiempo añadido. Un exceso, teniendo en cuenta cómo había transcurrido la segunda mitad. Pidiendo la hora y sufriendo hasta última hora, algo que va en el ADN malaguista, acabó el equipo el partido.
Eso sí, el estadio celebró el pitido final como si de un título se tratase. Alegría y júbilo ante estos tres puntos tan importantes.
Gran alegría por el triunfo aunque la crónica no dice la verdad. Los jugadores solo lo celebran con los denominados grupos de animación. Este mal gesto para con el resto del estadio ya se viene observando desde hace un tiempo.Hay que cuidar estos detalles que están empezando a crear cierto malestar.
Se juega mejor sin Escasi en el centro del campo, porque Escasi es defensa y no delantero. Que Gaspar, Pellicer y José Alberto lo pongan en el centro del campo porque no tienen ni idea de manejar un partido es una cosa pero la realidad es otra. Y quizás hoy ha sido el primer partido del Málaga en dos o tres años que ha sido el dominador del juego y la posesión.
Gran primera parte, pero ha sobrado el último tercio de la segunda. Hay que MACHACAR,no se puede llegar al final sufriendo tanto. El equipo, en parte por el cansancio, se hundió mucho en su área, sobre todo cuando Jozabed tuvo que retrasar su posición por la lesión de Ramón Enríquez. Ahí prácticamente se acabó la posibilidad de marcar el segundo. Todos hemos visto cual es el sitio de Jozabed y lo que aporta al equipo. El míster debió reforzar la medular antes, estuvo lento con los cambios. Deberíamos de haber sido más precisos con el balón en ese tramo final y no perderlo con tanta facilidad. Lo dicho gran partido del equipo quitando esos últimos 15 o 20 minutos.