No siempre lo que mal empieza mal acaba. Y si no, que se lo digan al Málaga CF, que vivió un auténtico asedio de la Real Sociedad B en los primeros siete minutos de partido y que acabó llevándose un triunfo que ayuda a recomponerse anímicamente tras la derrota en el Tartiere, más teniendo en cuenta la dura semana que están afrontando los de José Alberto López. El equipo sigue invicto en casa en LaLiga SmartBank.
Esos primeros minutos de incidencia del Sanse acabaron en gol del filial txuri urdin, con un disparo de Sangalli tras un saque de esquina que venía de un mal despeje de Dani Martín y otro consecutivo de Paulino, que en lugar de echarla fuera o dejar que se fuera, se la dejó en bandeja a un rival, que acabó sacando el balón a córner. Una serie de catastróficas desdichas.
Tocaba remar a contracorriente, pero la reacción fue inmediata. En la siguiente jugada, voló Roberto para dar un certero cabezazo a un centro de Antoñín desde la izquierda que acabó en el fondo de la red. La celebración, entre lágrimas. No pudo reprimirse. Al fin y al cabo fue su primer gol como profesional en La Rosaleda, un momento inigualable en la carrera del canterano.
A partir del tanto del empate, comenzaron a sucederse las ocasiones de un lado a otro del campo, aunque ninguna con peligro real por parte de ninguno de los dos equipos. La balanza podía inclinarse hacia cualquiera de los dos. Especialmente teniendo en cuenta que el colegiado De la Fuente Ramos no estaba por la labor de poner las cosas fáciles al Málaga.
De hecho, lo que debía ser una falta peligrosa para el cuadro blanquiazul tras una caída de Brandon al pelear un balón con un rival que jugaba desde el suelo, el trencilla lo convirtió en una acción favorable al Sanse.
No obstante, supo reponerse el Málaga de estos varapalos arbitrales. Y a la media hora de partido, Paulino consiguió engañar a Ayesa, y bien posicionado para evitar el fuera de juego, se metió hasta la cocina y con un disparo con sombrerito incluido, subía el segundo al marcador. De nuevo, asistencia de Antoñín, que volvía a demostrar que está alcanzando su nivel. Tan esperado como necesario.
A los pocos minutos, un nuevo error arbitral casi cuesta un disgusto, puesto que Juande caía en una disputa con Magunazelaia y el colegiado dejaba seguir la jugada. El atacante de la Real Sociedad se quedaba solo ante Dani, pero su disparo se marchaba completamente desviado.
Estuvo lento Brandon en un contragolpe y perdió la oportunidad de subir el tercero al luminoso de La Rosaleda. En los últimos compases de la primera parte, se pudo ver a un Málaga muy centrado en ataque y recuperando balones.
La segunda mitad empezó con un Sanse con intenciones pero con poco peligro real. El Málaga, por su parte, se relajó y se dedicó más a aguantar el marcador favorable que a tratar de ampliar la ventaja. Antoñín, a lo suyo, siguió dando un auténtico recital.
La ocasión de gol más clara de los de José Alberto fue para Escassi, cuyo cabeceo se marchó lamiendo el larguero tras un saque de banda clásico de Javi Jiménez.
Quien también seguía haciendo de las suyas era De la Fuente Ramos, llevándose los cánticos por parte de la afición. El '¡Qué malo eres!' resonó varias veces en las gradas de La Rosaleda.
Paulino pudo hacer el tercero, pero pecó de egoísta y lanzó a portería en lugar de pasarle el balón a Antoñín, desmarcado a su izquierda. El malagueño se fue del campo justo después entre una gran ovación de La Rosaleda, que alababa que su esfuerzo por fin diera sus frutos sobre el césped.
Se relajó demasiado el Málaga en los últimos 10 minutos y estuvo más cerca el empate del filial realista que el tercero de los blanquiazules. No obstante, supieron aguantar el resultado cerrando la defensa y procurando que las llegadas del Sanse no fueran tan incisivas y que las decisiones de De la Fuente Ramos no interfirieran en el resultado final. Tres puntos que saben a gloria y de nuevo una sonrisa en la cara de los aficionados.