El Málaga más esperpéntico se deja ver en Cartagena

No le salió nada bien al Málaga CF en su visita a Cartagonova. Ni en defensa ni en ataque. Si poco funciona el equipo a domicilio, este domingo firmó uno de sus peores partidos lejos de La Rosaleda en lo que va de temporada en LaLiga SmartBank. Una abultada derrota que saca los colores al cuadro blanquiazul.

Volvía a cernirse sobre el Málaga la sombra del (mal) juego como visitante. Parece que no hay manera de que este equipo carbure lejos de La Rosaleda, ni haciendo cambios en el once y en la forma de situar a los jugadores sobre el césped. Aunque tuvo acercamientos al área contraria, la primera mitad estuvo teñida de albinegro y el mazazo psicológico llegó al filo del descanso con el gol desde los once metros de Rubén Castro.

Álex Gallar se convertía en la pesadilla del centro del campo del Málaga y Delmás agotaba a los que le marcaban por la derecha. El equipo se mostraba con poca garra, con poco coraje, como desganado y en defensa le costaba seguir el ritmo del conjunto local.

También en la carga de tarjetas se notaba cierta desesperación en el cuadro blanquiazul. Hasta tres amarillas acumulaban los de José Alberto en el descanso, condicionando por completo la intensidad de Javi Jiménez, Genaro y Víctor Gómez, los amonestados. El lateral diestro fue el autor del penalti que adelantó al Cartagena en el marcador, con una acción muy tonta en la que se desentendió del balón y golpeó con el codo en la cara a Mo Dauda.

Primera mitad mala, segunda desastrosa

Al Málaga le tocaba de nuevo remar a contracorriente en la segunda mitad y para ello el técnico blanquiazul introdujo un cambio tras el descanso, aunque no fue el esperado en el centro del campo, sino que sentó a Kevin, prácticamente ausente durante la primera mitad, y dio entrada a Brandon.

Aunque comenzó a dar muestras de estar más presente en Cartagonova, el conjunto albinegro volvió a hacer daño a balón parado tras un saque de falta -dudosa, por otro lado- botado por Gallar que cabeceó Pablo Vázquez por encima de Genaro dentro de la meta de Dani.

Fue en este momento cuando José Alberto decidió hacer una revolución e introducir tres cambios: se sentaron Javi Jiménez, Roberto y Antoñín y entraron en su lugar Cufré, Sekou y Jozabed. Esperaba el técnico que esto produjera alguna chispa en el juego del Málaga... pero ocurrió todo lo contrario.

Llegó el tercero del Cartagena, segundo de Rubén Castro en una genialidad a balón parado -en otra falta más bien dudosa- desde la media luna, muy pegado al palo izquierdo de Dani, que no consigue llegar a tocarlo. El partido pasaba de malo a desastroso.

Consiguió el Málaga maquillar un poco el bochornoso encuentro en los minutos finales. Primero, con el gol de Peybernes tras un saque de esquina. Más tarde, con una ocasión de Genaro de cabeza y con otra de Juande que se estrelló contra el larguero. Logró incluso empatar el número de tiros a puerta, aunque de poco vale sin eficacia.

En resumen: el Cartagena sacó a relucir las deficiencias del Málaga en un partido para olvidar. ¿Lo peor? Lo vivido por los más de 200 aficionados blanquiazules desplazados a la ciudad portuaria.