El encuentro de este domingo ante la SD Amorebieta dejó un muy buen sabor de boca en el Málaga CF, que lograba su primera victoria desde la llegada de Natxo González al banquillo. También era el segundo triunfo a domicilio de la temporada y tres puntos vitales para elevar la moral de un equipo tocado. Nada más llegar de tierras vascas, la plantilla acudía a La Rosaleda para un entrenamiento de recuperación, con la marcada ausencia de Mathieu Peybernes.
El central galo, que fue titular ante el conjunto vizcaíno en Lezama, formando parte de ese cambio de dibujo que dispuso Natxo, con tres centrales para tratar de frenar las embestidas del cuadro local, se retiró del partido en el minuto 67 con molestias en el gemelo. De hecho, forzó para no tener que abandonar el césped, puesto que ya sufrió un pinchazo en la primera mitad y decidió seguir tras el descanso, a sabiendas de lo que se jugaba el equipo. Pero llegó un momento en que ya no pudo más.
Así, Peybernes se ha sometido este lunes, en cuanto ha aterrizado en la capital costasoleña, a las pertinentes pruebas médicas. Estas determinarán la gravedad de su lesión y cuándo podrá estar disponible de nuevo para el equipo. Los resultados se sabrán el miércoles. Mientras tanto, el francés está pendiente de evolución y ha sido una ausencia marcada en una sesión de recuperación que no ha tenido más novedades que la sonrisa de oreja a oreja de los jugadores.
Más allá de esta gris noticia, la plantilla ha llevado a cabo un entrenamiento leve, como corresponde a las jornadas posteriores a un partido. La cabeza, después de haber saboreado la victoria en Lezama y de pernoctar en tierras bilbaínas, ya está puesta en el choque de LaLiga SmartBank ante la SD Ponferradina del próximo sábado (21:00 horas en La Rosaleda).
Sumar otro triunfo de manera consecutiva sería el mejor premio al trabajo duro del conjunto malacitano.