Son varios los aspectos que han mejorado en el Málaga CF con la llegada de Pablo Guede al banquillo. La intensidad, el carácter, el acierto cara a portería... e incluso los nombres de los protagonistas. Uno de los grandes beneficiados por el aterrizaje del técnico argentino ha sido Ramón Enríquez. El centrocampista ha recuperado el nivel que se le pedía desde hace un tiempo y su nuevo papel le permite sacar todas sus habilidades a relucir.
Suma dos titularidades en tres partidos, ya que en el primero de Guede ante el Real Valladolid salió al campo en el minuto 70. Se ha visto altamente beneficiado por el cambio de posición de Alberto Escassi, que tanto frente al Leganés como ante el Eibar partió desde el centro de la zaga. Esto proporciona al equipo una buena salida de balón desde atrás, que continúa con el espacio ocupado ahora por Ramón en la medular.
Acompañado por jugadores como Jozabed Sánchez o Aleix Febas, el de Órgiva tiene la oportunidad de demostrar toda su valía, aquella que ya se vislumbró hace un par de temporadas y que tanto trabajo le ha costado recuperar entre lesiones y falta de protagonismo.
El mediocentro de 21 años ha aumentado asimismo su capacidad física, algo que le ha ayudado a aguantar con solvencia la intensidad que establece Guede para el juego de su equipo, a pesar de la falta de regularidad.
Con José Alberto López fue titular en tres partidos consecutivos tras recuperarse de la lesión en el hombro a inicios de este año 2022, algo que se mantuvo con la llegada de Natxo González durante otros tres encuentros. Luego tuvo de nuevo un papel residual durante varias jornadas, hasta que ahora parece haberse ganado la confianza del míster argentino. Y está respondiendo satisfactoriamente.
Ramón era uno de los jugadores a los que el malaguismo pedía que diera un paso adelante. Porque ya había demostrado que, a pesar de su juventud, era mucho lo que podía aportar al equipo tanto en juego como en ideas, algo de lo que parece haberse dado cuenta también Guede.