El Málaga CF ha cambiado, y mucho, su forma de hacer las cosas. Al menos en lo que respecta a planificación en el mercado de fichajes y a la imagen que proyecta el club de puertas para afuera. Si en los veranos -e inviernos- anteriores las operaciones que se cerraban eran jugadores cedidos por sus respectivos equipos y con pocas opciones de quedarse en el club malacitano, ahora la dirección deportiva ha traído a nueve de diez jugadores en propiedad. Un plan a largo plazo que va más allá de la próxima temporada 2022/23.
Cabe recordar que, en este sentido, son varios los que tienen contrato hasta 2024 (Manolo Reina, Jonás Ramalho, Esteban Burgos y Àlex Gallar), mientras que otros tantos tienen vinculación hasta 2025 (Aleix Febas, Unai Bustinza y Rubén Yáñez). Por otro lado, se ha recurrido a la fórmula de un año de contrato más otro opcional para las llegadas de Juanfran Moreno y Rubén Castro.
Así, de las diez incorporaciones que ha cerrado el club hasta mediados del mes de julio, a un mes escaso del inicio de la nueva campaña en LaLiga SmartBank, sólo una es cesión. Es el caso del fichaje de Fran Sol, que llegó a préstamo desde el Dinamo de Kiev. Pero el Málaga se guarda un as en la manga con el delantero madrileño, pues hay una opción de compra más que suculenta para el club costasoleño, que espera que el rendimiento del ariete sea satisfactorio para poder ejercerla el próximo verano.
Sólo el pasado curso fueron ocho los jugadores que vistieron la elástica blanquiazul como cedidos desde sus clubes de propiedad. La historia y el proyecto parecen estar cambiando, al menos en los planes del Málaga con los fichajes.
Quizá sea en las salidas donde el club tiene más problemas para desarrollar un proyecto, al menos a nivel de cantera. Al adiós de Ismael Casas, una de las perlas de La Academia, que ha optado por marcharse a la Liga chipriota, se le unen los de otros jugadores jóvenes con mucha proyección, que ya habían tenido su espacio en el primer equipo y que se han ido de manera gratuita, como Alberto Quintana o Julio Martínez.
Ahora, todo apunta a que tanto Roberto Fernández -cedido al filial del FC Barcelona, pero con una opción de compra asequible- como Kevin Medina -probablemente también a préstamo a Portugal- saldrán en las próximas semanas, dejando al vestuario de Pablo Guede desprovisto de los canteranos que han despuntado en los últimos años.
El Málaga aún tiene por delante tiempo para terminar de darle forma a una plantilla que, esta vez sí, parece enfocada al futuro. De hecho, no son pocos los nuevos jugadores blanquiazules los que se atreven a hablar de pelear por el ascenso, aunque no se quiera poner ese objetivo como prioritario.