La enfermería del Málaga CF no deja de acoger a nuevos jugadores lesionados. El pasado domingo, el encuentro del Atlético Malagueño ante el Torreperogil en La Rosaleda se cobró dos víctimas. Primero, al lateral Víctor Olmo, que sufre una grave lesión de rodilla que le mantendrá fuera de la competición lo que resta de temporada y que deja al primer equipo sin recambio para el lateral izquierdo. Y después, a Diego Murillo, central que ha estado ejercitándose con Pepe Mel y que ahora deberá pasar por quirófano.
El joven defensa de 21 años nacido en Malagón (Ciudad Real) sufre una avulsión distal en el tendón del tríceps del brazo izquierdo, tal y como confirmaron una resonancia y posterior ecografía. Para comenzar la recuperación, primero deberá someterse a cirugía, por lo que también deberá parar un tiempo.
La defensa, con las bajas de los futbolistas con ficha profesional más las de aquellos canteranos que estaban llamados a resolver los problemas del primer equipo con las lesiones, está en cuadro. Tanto, que el Málaga ya sondea el mercado de agentes libres para reforzar una plantilla que al finalizar el verano ya parecía poco compensada y que ahora se queda completamente coja.
Tanto Olmo como Murillo fueron dos de los ausentes de este martes en la primera sesión del equipo de Mel ya pensando en el partido ante el FC Andorra del próximo domingo. Andrés Caro realizó carrera continua en solitario, mientras que Luis Muñoz y Jonás Ramalho llevaron a cabo ejercicios específicos sobre el césped, supervisados por Toni Tapia, readaptador físico. Juande Rivas, Pablo Chavarría y Moussa Diarra estuvieron en el gimnasio con Adrián López -sin ficha-.
Para completar el entrenamiento, el técnico contó con hasta ocho canteranos: Carlos López, Pablo Arriaza, Dani Lorenzo, Loren Zúñiga, Haitam Abaida y las novedades de Arturo Ramírez, Bilal Ouacharaf y Cristian Gutiérrez.