Tras la dolorosa derrota ante el Racing de Santander, al Málaga CF le espera un final de temporada en el que transitará por el camino más empedrado de su historia reciente. Al equipo de Sergio Pellicer le restan 12 jornadas por disputar en LaLiga SmartBank y, aunque matemáticamente todavía es posible la permanencia, precisamente los números son los que no ayudan a pensar en el milagro de que no se produzca el descenso a Primera RFEF. Tampoco echa una mano el calendario.
Al finalizar la jornada 30, el conjunto blanquiazul está antepenúltimo con 25 puntos, a diez de distancia de la zona de la salvación. En los seis partidos que lleva Pellicer al frente del banquillo, el Málaga sólo ha sumado cuatro de 18 puntos posibles. Con este panorama previo, el cuadro de La Rosaleda tendrá que hacer muy bien las cosas para que, en los encuentros que restan de aquí a finales de mayo, le queden posibilidades y probabilidades de hacerse con lo necesario para continuar en el fútbol profesional.
El próximo fin de semana visita a la UD Las Palmas, firme candidato al ascenso. En estos momentos es líder de la clasificación, aunque el margen entre los cinco primeros es de apenas cuatro puntos. Ganar en el Gran Canaria se antoja casi utópico para el Málaga, pero a esta plantilla se le debe exigir, como profesionales, que, al menos, compitan.
Ese era el discurso que dejaba Pellicer al término del choque ante el Racing. Consciente de lo dificultoso de la situación, mencionó en varias ocasiones que era "un día jodido", el de Nules también insistió en que no van a bajar los brazos.
Hay que mantener al menos el espíritu competitivo. La afición, con su silencio sepulcral al final del partido del pasado domingo, está prácticamente resignada al descenso. Incluso los optimistas empedernidos están cayendo ya en la espiral de la negatividad. Por eso la hinchada malaguista espera que los suyos, aunque luego no sea suficiente, se dejen la piel.
Porque después de jugar ante Las Palmas, el Levante de Javi Calleja, también situado entre los primeros de la tabla, visita La Rosaleda. Serán seis puntos muy complicados de conseguir para el Málaga que, en caso de no sumar nada, estará prácticamente obligado a ganar lo que le quede de competición.
Y lo que le quede tampoco será sencillo: en casa recibirá al Leganés, FC Cartagena, SD Huesca, Mirandés y UD Ibiza y a domicilio visitará al Andorra, Villarreal B, Lugo, Ponferradina y Deportivo Alavés. Es decir, tres duelos directísimos por la permanencia, varios rivales que podrían llegar sin nada en juego y uno más que estará peleando por el ascenso.
El camino más empedrado del Málaga empezó a empinarse el pasado domingo y finalizará el último fin de semana de mayo. Habrá que esperar para saber si termina en cima o en tumba.