El último aliento de la afición del Málaga: habrá desplazamiento en autobús a Vitoria

Aunque todo esté perdido casi al cien por cien, porque así lo dice el corazón, la cabeza, el 'big data' y la única y lejanísima cuenta posible, el malaguismo quiere agotar sus ínfimas posibilidades de permanencia. O quizá lo hace por orgullo a unos colores, como la historia de Victoria y Javier que contamos en ElDesmarque. Por la razón que cada cual quiera justificar, el Málaga no estará solo el sábado en Mendizorroza, porque se espera otro desplazamiento de la afición.

Las peñas Benamiel y Superbasti han recibido el visto bueno del club para que organicen un viaje Málaga-Vitoria en autobús. El Málaga dispone de 100 entradas a repartir entre las dos peñas. Además, hay otra gente que viaja por su cuenta y ha comprado la entrada en taquilla.

"Es una forma de despedirnos de la categoría y una manera de hacer y cultivar el malaguismo. Va gente joven", cuenta el presidente de la peña Superbasti. Club y afición están dispuestos a dar el último aliento fuera de la Costa del Sol y han llegado a un acuerdo para que haya facilidades para contratar una flota de dos autobuses y plantarse en el estadio del Alavés tras más de 11 horas de viaje -contando las paradas mínimas obligatorias-. El club asume los costes del transporte, como en desplazamientos anteriores.

En la tarde de este martes ya hubo más de 60 plazas reservadas y, por el interés mostrado, no costaría demasiado cubrir las cien entradas. Según fuentes consultadas por este medio, el horario de salida desde La Rosaleda se informará a través de las redes sociales de ambas peñas en los próximos días, ya sea el miércoles o jueves.

La última vez

El Málaga juega el sábado ante el Alavés a las 18:30 horas, horario unificado de todos los partidos la penúltima jornada de LaLiga Smartbank. Es el último partido a domicilio de la temporada y muy posiblemente el último desplazamiento a un estadio de un equipo de Primera o Segunda. Después de 25 años en el fútbol profesional, hay malaguistas que quieren despedirse viviendo la experiencia. Pocos creen en la salvación.

Hay un sentimiento de "ahora o nunca" que llama a muchos aficionados a sacrificar tiempo y dinero para ver, muy posiblemente, a su equipo descender matemáticamente. Poco les importa.

Un centenar de ellos tienen vitalidad y fuerzas como para estar presentes en un día donde no esperan nada, pero si el Málaga ganara y el Sporting perdiera contra el Eibar... se llegaría con vida a la última jornada. Es el último hilo de esperanza. La excusa perfecta para seguir viajando por el escudo.