El Málaga es oficialmente equipo de Primera RFEF. Era cuestión de tiempo. El reloj, el corazón, se paró un 20 de mayo de 2023, fecha que se recordará siempre como el día más triste del siglo veintiuno. Un día que ya es una cicatriz más para la afición. Fue contra el Alavés en Mendizorroza, ante cien testigos en la cercanía, que decidieron viajar para acompañar a su escudo en la despedida del fútbol profesional tras 25 años fuera del fango.
El barbudo Asier Villalibre metió el 1-0 que mandaba al infierno a los de Pellicer, que respondieron con un arrebato de orgullo con el gran gol del capitán Luis Muñoz. Rubén Castro rozó el gol del triunfo a poco del final. Pero fue Toni Moya, con un derechazo a la escuadra, quien precipitó al vacío al Málaga e hizo soñar al Alavés por el ascenso. Contrastes de emoción.
En el fútbol, como en la vida, las alegrías son efímeras y los fracasos duran siglos. Una década después de quedarse a centímetros de unas semifinales de Champions, este Málaga ha tocado fondo. Quién lo diría. Aunque a este club llevan dejándolo morir lentamente desde entonces. Y ha acabado haciéndolo en una temporada inverosímil, en la que se vendió un ascenso a Primera como objetivo, en la segunda campaña en que más presupuesto tuvo desde que bajó al fútbol de plata, siendo el cuarto equipo con más dinero de Segunda.
Una entidad sin presidente, pues sigue apartado por la justicia, y sin personas aptas para invertir bien ese dinero para fichajes, con excesos y ausencias de decisiones valientes del administrador judicial, con los pecados sin intención, pero pecados por igual, de Manolo Gaspar y Pablo Guede, tándem planificador de un proyecto de ascenso que fue humo. El castillo que se construyó acabó siendo de naipes. No pudo ayudar a mantenerlo en pie Pepe Mel. Tampoco Sergio Pellicer. Y la plantilla, descompensada, reaccionó tarde y no hizo más que decepcionar. Pocos se salvan de la quema. Tantos responsables hay como motivos infinitos para explicar cómo es posible que el Málaga haya descendido.
Tenía que suceder algo impensable. Ganar en Mendizorroza y que el Sporting perdiera en Ipurúa. No pasó ni una cosa ni la otra. Con el gol que el Málaga encajó nada más salir de vestuarios se acabaron las carambolas, los excel, las expectativas, los por si acaso, los hilos de esperanza, la esperanza hasta el final.
Pocos esperaban llegar con vida a la última jornada. Este es el final que estaba escrito. Hubo amago de remontada con las tres victorias consecutivas contra Villarreal 'B', Cartagena y Lugo, pero todo se empezó a difuminar con el 0-0 ante el Huesca y el 2-0 en Ponferrada. Cuando se falla en lo propio y los resultados ajenos tampoco acompañan, imposible.
Quedarán la ilusiones depositadas en verano. Las dilapidadas en mayo también. Quedarán los desplazamientos de una afición que ha dado lecciones de amor puro y de pasión a toda España. Quedarán los cimientos del sentimiento malaguista, lo único que sale reforzado de la tragedia.
Quedarán las tarjetas rojas que fueron disparos en el pie. Quedarán los errores imperdonables en ocasiones imperdonables. Quedará aquel penalti fallado de Rubén Castro, aquella ocasión que cualquier compañero no metió, aquella jugada en la que se falló en defensa. Quedarán las lágrimas. Las promesas incumplidas. Las lesiones surrealistas. Los arbitrajes extraños. Las victorias que duraban un suspiro. La impotencia, el hastío, la rabia, la incredulidad, el sufrimiento vivido. Todo se recordará de esta temporada 2022/23.
Empieza una nueva etapa en el Málaga Club de Fútbol, que le dice "hasta pronto" a LaLiga. Todo pasa, tiempo y paciencia. Después de 25 años entre Primera y Segunda, un universo distinto espera a este club mientras su gente le llora. Que comience la revolución con una limpieza estrictamente necesaria.
Fr9 que tonterías dices en todos lados donde hay equipos pobres hay muchos aficionados de clubes más grandes, pero búscame equipos como la afición del Málaga estos últimos 10 años viendo como cada vez íbamos a peor y cada vez apoyando más y más, llenando estadios etc.. yo personalmente casi nunca puedo ir soy hostelero xddd
Por eso en esta ciudad el Málaga en fútbol nunca será nada. Aparte de la mano negra y ruinera que tiene esta ciudad con el fútbol y el Málaga, tenemos a muchos futboleros que no saben quienes son Escassi, Luis Muños o Febas pero si el mediocentro del Napoles... Es triste y ahora imagínate estando en 1ª RFEF donde no sabemos donde se va a emitir los partidos... Muchos no sabran ni que el Málaga existe...
Que asco ir al centro , intentar ver el Málaga y en todos sitios o el arsenal o rugby...que pena