Haitam, un as bajo la manga en el Málaga
La cantera pide paso porque tiene más potestad que nunca para ello. Es el momento de la verdad para los talentos de La Academia. Loren y Kike Pérez quieren revolucionar el modus operandi del club y que la inercia lleve siempre a confiar en la juventud. Así, se les otorgará confianza y responsabilidad a los cedidos de vuelta y a aquellos que se lo ganen en la pretemporada. Y Haitam Abaida quiere ser uno de ellos.
El extremo marroquí continúa recuperándose de la grave lesión de rodilla que sufrió en noviembre de 2022, cuando se marchó dolorido al descanso del partido ante la Ponferradina en La Rosaleda. Le queda un mes, según ha podido confirmar este medio, por lo que llegaría a la pretemporada en el último esprint de su readaptación física.
Ya se le vio haciendo carrera continua en el anexo y en La Rosaleda en las últimas semanas de LaLiga Smartbank. Actualmente ha estado alternando el trabajo de gimnasio en las instalaciones del club, en conjunto con el lesionado Ramón, y también el fortalecimiento y la movilidad en un centro privado donde están poniéndose a tono físico Kevin, Loren, Bilal y hasta el exblanquiazul Antoñín.
"Ahora estoy en un momento bueno después de mucho tiempo parado, haciendo gimnasio. La clave ahora es recortar los plazos para volver lo antes posible y en las mejores condiciones con el grupo. Hay que cuidarse, trabajar, porque al final eso marcará la diferencia. Necesitamos rendir bien y sobre todo ilusionar a la gente", decía el jugador marroquí hace unas semanas.
¿El año de su asentamiento?
El jugador está con ganas de reivindicarse y demostrar que su altísimo rendimiento cuando Pepe Mel confió en él no fue su techo. La fatídica lesión le frenó en seco la irrupción. Su zurda encandiló a Pepe Mel, que apostó por el chaval como opción en un Málaga que andaba escaso de jugadores diferenciales por banda.
Ya había debutado antes en el primer equipo, pero su apuesta como revulsivo salió bien de inmediato, aunque fue demasiado efímera: golazo en La Romareda para sacar un punto meritorio; y titularidad contra la Ponferradina al partido siguiente, con 45 minutos espléndidos en los que hizo de todo, para bien y para mala fortuna: incisivo y descarado en los uno contra uno, provocó un penalti -que luego falló Rubén Castro-, pero se lesionó la rodilla en un drible.
Tiene contrato hasta 2024 y su contrato tiene una cláusula de renovación automática hasta 2025 si juega más de 45 minutos en tres partidos oficiales más con el Málaga, como adelantó en su día Radio Marca Málaga.
El jugador, de 21 años y nacido en Barcelona, solo pudo jugar 120 minutos con el primer equipo en la temporada pasada. Hizo toda la pretemporada a las órdenes de Pablo Guede, que prefirió jugar con interiores en su esquema sin extremos.
"Es buenísimo". Es la respuesta más repetida cuando se pregunta por sus capacidades. Los entrenadores que ha tenido en categorías inferiores, como Juanfran Funes, Bravo o Luis Bueno, así como compañeros y entorno coinciden en que es un jugón, que tiene algo especial y que puede destacar como atacante que parte desde el costado, a banda cambiada incluso, que se atreve al uno contra uno, con buen disparo y centro y una confianza que se espera que no haya perdido tras la lesión de rodilla. El punto de madurez está al caer y la lesión ha sido un reto mental también para él.
Luis Muñoz, por ponerlo como ejemplo, no volvió a ser nunca el mismo jugador que era antes de romperse el cruzado. No se quiere correr con Haitam tampoco, aunque él cree que este año puede ser el suyo. Por el momento, trabaja en las sombras, será uno más en la pretemporada y tratará de convencer a Pellicer como hizo Álex Calvo, a base de trabajo, calidad y descaro.