El regreso de los cuatro canteranos cedidos se toma desde el Málaga como una especie de lote de fichajes gratuitos. Y la confianza en ellos es plena. Se les ha entregado un dorsal del primer equipo y el club también tiene la intención de ampliarles el contrato y, como informa Sur, incluso el salario. Uno de esos cuatro pilares es Kevin, el '11' de Martiricos que tiene un inmenso reto por delante.
La vuelta del talentoso extremo del Llano de La Trinidad generó una nube de dudas y desconfianza en el malaguismo, que vio cómo pasó de ser uno de sus principales protegidos a una pequeña gran decepción en la temporada 2021/22.
José Alberto López lo hizo debutar, pero fue de más a menos y con Natxo González y Pablo Guede, coincidiendo con la mala dinámica del equipo, terminó la temporada bajando mucho su nota media y evidenciando que tenía grandes carencias de precisión en el remate a puerta y en el último pase. Daba la lógica sensación de que los rivales le habían cogido la matrícula y que sus trucos ya empezaban a ser previsibles tras su efecto champán.
Se marchó cedido al Gil Vicente en una operación donde ambas partes, club y jugador, vieron una oportunidad de oro para crecer, en lugar de sufrir un estancamiento. La opción de compra era importante, pero el cuadro luso no la ejecutó al no completar el cupo de partidos y minutos jugados necesarios.
Paradojas de la planificación, aquel Málaga de la campaña 2022/23 careció de extremos y en algún que otro momento del camino no pocos pensaron en la ausencia de Kevin, que en ese instante ya quedaba relegado al banquillo como revulsivo ocasional en la Primera División de Portugal. De esta experiencia debe volver un jugador reseteado, con el mismo talento, pero reforzado y con más madurez personal y futbolística.
"Vamos a engancharle para que no dé cuatro acciones esporádicas en un partido, sino para que sea un jugador totalmente determinante", decía Loren Juarros sobre Kevin.
Esto decía el malagueño en la rueda de prensa de bienvenida junto a Larrubia, Dani Lorenzo y Roberto: "Salir fuera me ha servido mucho para madurar. Volver a Málaga para mi es lo mejor, es estupendo. ¿Presión? Ninguna. Yo no me siento superior, soy uno más y voy a dar lo máximo".
La humildad es el camino de Kevin, que también tiene la fe de la dirección deportiva y de Sergio Pellicer, que lo puso como titular en el primer partido de pretemporada y lo utilizó en la segunda parte contra el Almería. En ambos encuentros empezó a verse lo que le pide el entrenador: no perder su esencia y encarar, ser vertical, mirar hacia la portería y ayudar atrás.
Loren Juarros quedó encantado con Kevin en la primera toma de contacto que tuvieron. “Yo tuve una entrevista con él y me lo habían puesto tan raro… Estuve fantástico con él. Me pareció un tío cojonudo. Es como es, diferente, pero creo que va a ser importantísimo para el club. Su nivel futbolístico es excepcional y vamos a conseguir engancharle para que no dé cuatro acciones esporádicas en un partido, sino para que sea un jugador totalmente determinante”, decía el director deportivo en 101TV.
Pellicer es consciente del gran paso al frente que la juventud va a dar en Primera RFEF al ser el principal sostén del nuevo proyecto. Hay una premisa clara que se quiere aplicar: antes de mirar fuera, primero valorar lo que hay dentro. La necesidad de fichajes con experiencia es obvia, pero no se quiere obstruir el crecimiento de los jóvenes de determinadas posiciones si estos van demostrando partido tras partido que pueden dar el nivel en la categoría.
"Han venido en un proceso más maduro. Se les ha dicho que tendrán dorsal y tienen que dar ese paso adelante. Vamos a ir generando esos hábitos, esos conceptos, esa idea y esa continuidad de saber lo que representamos. Siempre quiero que estén a máximo nivel de intensidad y el jugador que esté a medio gas no va a jugar", analizaba el castellonense después del primer partido de la pretemporada.
Su potencial es grande, de eso no hay dudas en el Málaga. Kevin siempre entusiasmó por su desparpajo, su juego vertical y su tendencia desacomplejada al uno contra uno. Pero lo cierto es que todavía no ha sabido explotar bien sus cualidades y su poca productividad ofensiva debe mejorar. Afinar la puntería es un desafío personal. En 63 partidos como profesional solo ha conseguido un gol y una asistencia, y todavía no ha marcado con el Málaga.
Ahora, con el '11' en la espalda y el peso de la responsabilidad, el joven canterano de 22 años tiene la oportunidad de seguir puliendo sus deficiencias y virtudes para ayudar al Málaga a generar en ataque en una división donde habrá muchos equipos que se encierren atrás. El fútbol de calle, que está tan en peligro de extinción, debe salir a rebosar de las botas del malagueño. Y no sólo por chispazos, sino de una manera prolongada y traducida en resultados.