El central portugués Nelson Monte (1995, Vila do Conde, Portugal) ha asumido el desafío de fichar por el Málaga en el peor momento de la historia reciente del club. Y lo hace después de jugar de titular en el séptimo clasificado de la Primera División de Portugal. Una bajada de tres escalones en la pirámide futbolística que no es habitual de ver. ¿Valentía, riesgo? Nada que pueda acercarse al verdadero significado de esas palabras. Lo vivió en carne viva cuando estalló la guerra tras la invasión de Rusia a Ucrania. Se encontraba allí jugando en el Dnipro. Como él mismo califica, la experiencia que le tocó vivir fue "como una película" que le marcará de por vida.
*El siguiente relato está escrito en primera persona a través de los testimonios del propio jugador en entrevistas y declaraciones concedidas a su llegada al Almería a principios de 2022. Todo lo que procede a leer es real, aunque pueda parecer ficticio. Es la historia de Nelson Monte y su huída en pleno conflicto bélico en Ucrania. La guerra, un año y medio después de que estallara en febrero de 2022, continúa dejando miles de fallecidos, la mayoría civiles inocentes.
Es una historia de locos. Nosotros estábamos de pretemporada en Turquía porque el campeonato local estaba de parón por las bajas temperaturas en Ucrania. A la una de la tarde nos llegó la noticia de que el campeonato quedaba cancelado por 30 días por culpa de la invasión de Rusia. En ese momento hablé con el entrenador para volver a mi país, Portugal, porque no tenía sentido que entrenáramos cada uno por su cuenta y así poder estar en mi país mientras todo eso durara; en principio accedió pero necesitaba la aprobación de la dirección del club y, por la noche, a las nueve, nos dijo que sí, que al día siguiente me podía marchar una semana a Portugal.
Yo quería llegar a Polonia por Leópolis, pero a medio camino nos mandaron varios mensajes de que diésemos la vuelta porque esa zona estaba también siendo atacada. Tuvimos que girar para dirigirnos a Rumanía. Ya no tuve tiempo porque esa misma noche empezaron a caer las bombas sobre Dnipro...
Estaba dormido y un ruido muy alto me despertó. No sabía qué pasaba y me acerqué a la ventana para comprobarlo. Entonces se escuchó otra bomba. En ese momento pensé: "Esto ya ha comenzado". Me subí a mi coche con dos compañeros españoles [uno de ellos el exdelantero Marc Gual, ex del Sevilla, Zaragoza o Alcorcón y ahora en el Legia de Varsovia] y uno brasileño y empecé a conducir. Estuvimos conduciendo 28 horas seguidas para llegar a la frontera con la carretera llena de tanques y los aviones de guerra sobrevolándonos.
Pasamos mucho miedo. Incluso en los check point, cuando nos revisaban el pasaporte para comprobar que no éramos rusos ni ucranianos. En esos puntos veía policía y militares armados cerca de mí. Es como una película. Niños y mujeres despidiéndose de los hombres en la frontera sin saber si volverían a verse. Es impactante. Cuando se lo cuento a mi familia ni me lo creo. Hablo con compañeros míos todos los días para saber cómo están en Ucrania.
Incluso he acogido a una mujer con sus dos hijas que no tenían dónde ir para que fueran a mi casa de Portugal hasta que todo se solucione, que desgraciadamente creo que va a ser para largo. Les he dicho que se queden en mi casa lo que les haga falta. Es una mujer que trabajaba en mi club con dos niñas de ocho y diez años. Están en mi casa con mi mujer. No me imagino estar en su piel.
Me duele mucho en mi corazón ver a esos niños que se despiden con un beso de su padre y el día de mañana no saben si seguirán teniendo padre. Es muy difícil. Y muy injusto. He pasado muchas noches sin dormir. Estas personas no tienen culpa de nada. Mi corazón está con Ucrania.
alguien con buen corazon siempre sera un buen deportista, gracias por elegir Malaga