Haitam lanza un mensaje a la afición: "Una, dos, tres... las que haga falta"

La lesión de Haitam dolió en lo más profundo de los corazones del malaguismo. Estaba despuntando, con dos fogonazos en forma de gol que dieron dos puntos valiosos ante Córdoba e Ibiza. Pero, injusto destino, como en aquella fatídica acción ante la Ponferradina en noviembre del año pasado, su rodilla dijo basta. Esta vez la contraria. Y de la forma más fortuita y desafortunada: en un mal apoyo en un entrenamiento, encarando en un uno contra uno. Adiós a la temporada. Y sin victoria que sus compañeros pudieran dedicarle.

Después de estar unos días sin abrir las redes sociales y asimilando la noticia, el jugador del Málaga ha reaparecido para compartir un escueto mensaje de agradecimiento a las muestras de cariño y también como aliente de esperanza: "Alhamdullilah [Alabado sea Dios], una, dos, tres… las que haga falta, volveré una vez más. Nos vemos pronto, malaguistas".

Las respuestas con mensajes de ánimo no paran de sumarse. El malaguismo está con él. Mensajes como "Hay que ascender por él", "Estamos contigo", "Volverás más fuerte", "El fútbol es muy injusto contigo y no te mereces esto" o "Nos llevarás a Primera, recuérdalo" son algunos de los abrazos virtuales que se ha llevado estos días.

"Es una puñetera puñalada en el corazón para todos. Lo importante es estar con él y ayudarle y nosotros buscar soluciones para las bajas que tenemos. Otros tendrán que dar un paso adelante. Tenemos que conseguir la victoria mañana para dedicársela a él. El club debe estar a la altura de estas situaciones", dijo Pellicer en la comparecencia posterior a conocerse su rotura de ligamento cruzado y menisco.

En el minuto 7 del partido ante el Alcoyano, el público de La Rosaleda se levantó a aplaudirle por ser el dorsal que porta como blanquiazul. Kevin Medina, cuando marcó el penalti del 1-2, fue corriendo al banquillo para elevar la camiseta de Haitam como dedicatoria.

A la espera de ser operado cuando la hinchazón disminuya en la zona. Haitam se enfrenta a otro gran reto en su corta carrera: volver a redimirse de una lesión que lo tuvo 266 días sin jugar, luego algo más de un mes por una recaída muscular y, cuando parecía asomar a la titularidad, la mala fortuna se pasó de frenada. La cuenta atrás de su regreso ya ha comenzado.