Hay un club selecto de jugadores que el malaguismo siempre recuerda con respeto, estima y admiración. En ese club, Weligton sería titular y uno de los capitanes del equipo. Weligton Robson Pena de Oliveira se retiró en 2017 y, desde entonces, se ha mantenido ligado al fútbol. Ahora se prepara para ser entrenador y ha compartido en sus redes una foto posando con un nuevo título con el que obtiene la licencia para entrenar en Brasil.
Su pasión mira ahora a los banquillos. Está siguiendo un proceso de aprendizaje que ha querido perfección con un curso intensivo oficial de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Tiene el nivel 2 y le queda el nivel 3 para poder entrenar en Europa.
Aunque este gusto por otra vertiente del fútbol, la que se vive con la exigencia de un director técnico, la desarrolló, curiosamente, después de vivir un periodo de rechazo hacia el balompié. "Cuando me retiré no fue de la manera que me hubiera gustado. Estuve dos años sin mirar un partido. Triste y amargado. Después poco a poco, me preparé y empecé a ver partidos", dijo a Radio Marca hace un año. En esa misma conversación no tapó su verdadero sueño como entrenador en el futuro. "En el momento en el que quiera volver al fútbol, la primera opción es el Málaga. Si el club está dispuesto yo no tengo otro equipo en la cabeza", dijo sin tapujos.
El exjugador del Málaga confesó hace unos meses que sigue soñando con regresar al Málaga en el futuro, pero si vuelve, "no sería por dinero", sino por pasión. "Cortijo, yo no", llegó a decir el que fuera central malaguista durante 285 encuentros oficiales.
"La gente que me conoce como persona sabe lo que yo siento y pienso por este club. Hablamos de sueldos, pude tenerlo y lo rechacé, por la mentalidad que había. Yo estoy abierto a volver pero no quiero estar por estar, quiero aportar, no de figurar", dijo. Ahora se prepara para entrenar y no esconde su deseo de volver a ser un ídolo en el Málaga... de otra manera.