Este domingo será una eliminatoria de Copa del Rey muy especial para dos jugadores con pasado en Zubieta, Jokin Gabilondo y Luca Sangalli, y más todavía para el director deportivo del Málaga, Loren Juarros. La Real Sociedad es el club donde se forjó tanto de jugador como en los despachos. No oculta su pretensión de que el exitoso proyecto de la Real, actualmente en uno de los mejores momentos deportivos y económicos de su historia, se logre también en la Costa del Sol. No será fácil, pero Loren insiste en que es el camino correcto.
"Cuando me llamaron, me demostraron confianza en lo que querían construir y en los cambios. Cambiar un modelo que el equipo tenía con poca estabilidad y que en el tiempo se cayó y hasta bien abajo. Me preguntaron qué disposición tenía y me ilusionó este proyecto en un equipo grande con una ciudad y provincia igual y con talento futbolístico. En busca de conseguir algo parecido a lo logrado en la Real Sociedad. Dar sentido a la cantera del club y darle viabilidad y estabilidad en un plan de medio y largo plazo sabiendo que el corto también es importante. Pedí que me dejasen trabajar y así ha sido, estoy contento", dijo esta semana en Radio Marca Donosti.
Loren sabe que el sueño vivido en 2013 con aquellos cuartos de final de Champions fue efímero porque no estaba sostenido en ninguna base sólida. Fue un castillo de naipes destinado a deshacerse. No quiere que el Málaga llegue a la gloria a golpe de talonario, sino todo lo contrario. "Se tocó un techo muy alto en un momento puntual, sustentado en algo que seguramente no era sostenible con la llegada de los cataríes. Así que estamos buscando otra manera de hacer las cosas para darle viabilidad, estabilidad y futuro al Málaga", reflexionó en una charal con El Diario Vasco.
"Talento hay mucho. Siempre digo que si en Gipuzkoa hemos sido capaces de conseguirlo y estabilizarlo, con un modelo cultural de muchos años, aquí en Málaga también lo podemos lograr. El objetivo es que el Málaga no sea un medio para conseguir ser futbolista sino que sea el fin, que los chavales de Málaga entiendan que el Málaga es el sitio en el que tienen que estar", insistió, poniendo el ejemplo del club de San Sebastián. "Tener una buena base, generar fidelidad y sentimiento de pertenencia es un punto de salida muy importante, tiene que ser la piedra filosofal y a partir de ahí crecer".
La apuesta por la cantera en Málaga se evidencia en cada once titular que saca Pellicer y con solo mirar la plantilla, la más joven de toda la Primera RFEF sin contar a los filiales. Las últimas renovaciones de Haitam, Carlos López, Dani Lorenzo, Moussa y Murillo refuerzan esta idea. Las que están por venir lo seguirán haciendo. Pero la obligación de ascender a Segunda este año o el siguiente es un elemento de presión y exigencia que está ahí, muy latente.
Pasar de ronda y llegar lejos en la Copa "no es lo que está encima de la mesa", reconoce el directivo burgalés, pero una cosa está clara: "La eliminatoria la vamos a competir, no se lo vamos a poner fácil e insisto en que trataremos de ir a ganar, pero la prioridad del club ahora es otra".
"Será un bonito partido, un premio para los jugadores y la afición que va a poder ver a un equipo de Champions con un modelo de lo que queremos aquí, sabiendo que los matices son muy diferentes, que el carácter y la idiosincrasia también, pero que hay una forma de hacer las cosas que tiene éxito", insistía Loren.
Habrá un gran ambiente en La Rosaleda este domingo (21.00 horas). La Real Sociedad no llegará a Málaga a especular en un torneo que ganó hace poco. El reto es muy complicado, pero no imposible. Ya se han vendido 19.000 entradas. Nada que perder, algo que ganar: el prestigio y la épica de ganar a un rival que próximamente se enfrenta al PSG en octavos de Champions. Casi nada.