Sabor amargo para el Málaga en una jornada con daños colaterales

Fin al primer gran revolcón en el fango de la tercera categoría. El paso del tiempo ha colocado al Málaga en el ecuador del campeonato tras 19 jornadas donde pasó de todo. El cierre pudo haber sido con una alegría extra en Ceuta, pero el 3-2 encajado al otro lado del Mediterráneo ha sido un naufragio que cuesta caro. Fue un fin de semana dañino, donde el resultado propio ha terminado siendo un golpetazo de realidad que los desenlaces ajenos se han encargado de multiplicar por tres.

El Málaga concluye la ida del campeonato liguero del Grupo II en cuarta posición con 36 puntos, los mismos que el tercero, el Córdoba, que se lleva el podio por la diferencia de goles. El tropiezo en Ceuta ha permito al Castellón levantar más el vuelo: los orelluts van a otro ritmo porque están en otra liga (46 puntos, líder en solitario). El Ibiza, aunque no ganó esta jornada, sacó un empate en Madrid y ganó en la jornada anterior, por lo que de forma merecida es el segundo mejor equipo y único perseguidor real del Castellón. Están a dos puntos, a un partido de adelantarles.

El empate en Orihuela y la caída en Ceuta han ralentizado al Málaga, que ahora ve cómo por detrás empiezan a asomar otros equipos como el Recreativo de Huelva, que ganó este fin de semana y cierra la zona playoff a un solo punto de los malacitanos. Lo único potable para los intereses malaguistas ha sido la derrota de un Antequera en pleno bajón, que cae al octavo lugar cuando hasta hace unas semanas era equipo de liguilla de ascenso. Aun así, mérito gigante del equipo de Los Dólmenes, con un presupuesto bajísimo y estrenándose en la categoría con personalidad. Su mala dinámica ha permitido que el Málaga, por el momento, mantenga una distancia de seguridad de ocho puntos con respecto a las afueras del playoff.

¿Qué le pasa al Málaga?

El bajón de rendimiento de unos y otros; las lesiones que, justo ahora, empiezan a amainar pero sin victorias que acompañen; la inconsistencia defensiva de un Málaga que ha encajado cinco goles en los últimos dos encuentros; los errores, las imprecisiones y ciertas decisiones equivocadas desde el banquillo, como el mismo Pellicer ha reconocido.

Son muchos los motivos y es una la conclusión impepinable: con esta plantilla no da para seguir el ritmo de los buques Castellón e Ibiza. Dos fichajes son absolutamente necesarios. Que nombres propios como Sangalli, Roberto, Larrubia, Dioni, Nelson Monte, Manu Molina o el ahora tocado Kevin, entre otros, den un puntito más de todo eso que al Málaga le ha faltado y otros gozan, tener jugadores que decidan partidos.

Hacerse fuertes en casa será fundamental, porque ganar en territorios hostiles es un lujo que no siempre puede uno permitirse. No ganar a Sanluqueño (0-0) o Alcoyano (1-2) fue pecado capital. La media inglesa serviría en una liga sin los dos imbatibles de este Grupo II. "La exigencia es máxima", repite hasta la saciedad Pellicer. Por eso el margen de error cada vez es más mínimo.

El próximo rival en La Rosaleda es el Castellón, y para los malagueños sería clave poder encauzar su pequeño bache con un victoria reconfortante y vitamínica contra el casi imparable pelotón blanquinegro. Eso será el próximo domingo. No estarán Nelson Monte, que cumplirá sanción por ver la quinta amarilla, ni tampoco el tocado Kevin, el sancionado Genaro o los lesionados Haitam o Ramón. Una semana para recapacitar, recargar pilas y comenzar la segunda vuelta recordando una premisa de primero de fútbol: todo es posible, hasta lo imposible.