El Málaga ha recuperado la sensación de ganar contentando. Ganar ya es convencer, pero la manera de hacerlo multiplica la tranquilidad y la confianza del aficionado, que ha visto dos versiones muy distintas en las últimas dos semanas. De aquella segunda parte en Melilla, dañina por la imagen y la consecuencia de la derrota, el equipo ha resurgido con una contundencia traducida en dos victorias con cinco goles y dos porterías a cero.
Decía Pellicer tras el último partido en Alcoy que acababa de presenciar el triunfo con más mérito de la temporada, por encima del 1-4 en Murcia. "Me he visto todos los partidos del Alcoyano y no ha habido ningún equipo en El Collao que haya sido tan superior como nosotros", apuntó, para acabar resumiendo su satisfacción con un "estoy más contento que si hubiésemos ganado a Ibiza o Castellón", refiriéndose a qué en este tipo de estadios lo normal es sufrir perdiendo, empatar agradeciendo o lamentando o ganar sufriendo.
El Málaga ha encontrado la forma de encarrilar por la vía rápida sus dos últimas jornadas. Al minuto 20 de ambos ya iba ganando por dos goles, mientras que los inicios de partido habían sido una mala praxis en el arranque de un 2024 dubitativo: empate agónico en Intercity, derrotas en Ceuta y ante el Castellón y victoria sin notas altas en Granada ante el colista.
Salir al campo en quinta marcha y con el motor en caliente ha dado sus frutos y el acierto, tanto en último pase como en puntería de los goleadores, ha permitido que el partido empezara con un colchón de comodidad prácticamente irreversible. De hecho, marcar primero significa ganar: en doce jornadas el Málaga ha logrado marcar el primer tanto del partido y en todas sumó los tres puntos.
El Málaga está mudando la piel con la que empezó el nuevo año, que lo cubría de desconfianza, bajón físico, mal juego y poca consistencia en ambas áreas. Ahora, esta nueva piel se parece más a la de un candidato al ascenso directo, que se sitúa todavía a nueve puntos por el triunfo (0-1) del Castellón, aunque el Ibiza está ya a siete de distancia y el próximo domingo existe la posibilidad de acercarse hasta los cuatro puntos.
Una victoria en La Rosaleda ante los isleños, con hasta tres exmalaguistas recientes en sus filas, supondría un chute anímico importante y otra medida de presión a los de arriba. El Castellón recibe al San Fernando el domingo a las 18.00 horas, un rato después del Málaga-Ibiza, por lo que saldrá sabiendo el desenlace del duelo directo entre dos perseguidores.
El Málaga estaba a trece puntos del Castellón y a once del Ibiza hace cinco jornadas. La mayoría veía un imposible alcanzarles. Un mes después, el objetivo no es tan utópico y quedan trece jornadas aún. Las segundas vueltas son impredecibles, se caerán aspirantes por el camino, se desinflarán supuestas amenazas. Dioni lo advertía con más fe que otra cosa hace poco. ¿Será el Málaga capaz de mantenerse en pie sin estancarse?