Shinji Okazaki será recordado por ganar la Premier más épica de los nuevos tiempos con el Leicester City en 2016, el colmo de lo imposible. Pero su fichaje por el Málaga en 2019 rozó el mismo nivel de surrealismo. Ahora, en febrero de 2024 tras varios años de carrera, el delantero japonés ha anunciado su retirada. Lo hace sin haber debutado nunca con la blanquiazul en partido oficial.
A sus 37 años, Okazaki dejará el fútbol tras vivir sus últimos coletazos en el Sint-Truidense de la primera división de Bélgica. Son veinte años de carrera que dieron para mucho. Así lo comunicaba el propio exjugador malaguista: "He decidido poner fin a mi carrera al final de esta temporada. Lo di todo como futbolista, pero como deportista también hay que escuchar a tu cuerpo. Hoy estoy alcanzando mis límites físicos. En las semanas que quedan haré todo lo posible para ponerme en forma para poder aportar al equipo y despedirme del campo".
La historia de Okazaki en el Málaga siempre será recordada por la negligencia de los directivos que hicieron posible su llegada, pero que no sabían ajustarse al límite salarial de LaLiga y terminaron rescindiéndole al no poder inscribirlo. Era el primer japonés en aterrizar en el club. Su fichaje suscitó una gran ilusión y acabó yéndose en las últimas horas de mercado, incrédulo y sin haber ni siquiera debutado ante su gente en partido oficial. Se marchó obligado por la incapacidad de José Luis Pérez Caminero, artífice de un fichaje que no pudo inscribir.
Okazaki se personó en las oficinas de La Rosaleda en la noche del cierre del mercado de aquella temporada. Allí estuvo hasta pasada la medianoche, junto a sus dos agentes, que ya tenían cerrada la opción B del Huesca en caso de frustrarse la inscripción en el Málaga. Se le dieron vueltas a todas las opciones, y el jugador nipón se ofreció incluso a bajarse el sueldo al mínimo (80.000 euros) para poder seguir. Esto es más de cuatro veces menos de lo que tenía estipulado en su salario.
Sin embargo, no fue posible por las normas estrictas de control económico de LaLiga. La patronal no permite que un jugador cobre forzosamente el sueldo mínimo si en la temporada anterior percibió más del doble de esa cantidad (160.000 euros). Okazaki cobró bastante más que eso en el Leicester. Esto fue lo que frustró la inscripción de japonés, que quería quedarse.
Meses después dio a ElDesmarque su primera entrevista en España, ya en las filas del Huesca, con quien ascendió a Primera. "Estuve allí un mes. Fue un poco frustrante, pero disfruté en Málaga con mis compañeros de equipo, los aficionados y los empleados del club. Yo amo ese lugar", dijo sobre el Málaga.
El 'Caso Okazaki' dio la vuelta al mundo, literalmente. Medios de comunicación de gran impacto como la BBC informaron en sus páginas web y telediarios de esta rocambolesca operación del Málaga, que ya había puesto a la venta camisetas con su dorsal '23' y hasta el nombre en japonés para abrir el mercado a los visitantes de dicho país a la Costa del Sol. Actualemente, el aficionado que tenga una camiseta con su nombre y dorsal tiene un extraño tesoro de precio incalculable que a cualquier coleccionista le encantaría poseer.
Nunca se sabrá qué hubiera sido de Okazaki en La Rosaleda, donde firmó por una temporada con opción a otra en casa de ascenso. Estuvo 32 días en Málaga y solo participó en la pretemporada y algunos amistosos. Su final sonrojó a los aficionados y puso en jaque la credibilidad del club, que en ese año dejó sin ficha a José Rodríguez, Mula e Iván Rodríguez. Una gestión pésima que casi acaba en descenso.