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Dioni cree en la justicia divina: "He jugado ocho play off y he vivido de todo..."

Dioni, en La Rosaleda. (Foto: MCF)
Periodista malagueño. Delegado en Málaga.

El delantero malaguista Dioni Villalba está "deseando que llegue el sábado", como tantos otros miles de malaguistas que cuentan las horas para las 20.30 horas del día 15. Enfrente, el Nàstic de Tarragona, último escollo para celebrar un ascenso que se quiere y se necesita en la ciudad por encima de todo. "Los días anteriores son de mucha tensión", reconoce Dioni, que habló junto a Alfonso Herrero a pocos días de la ronda final.

Al malagueño le tocó vivir la remontada al Celta Fortuna desde el banquillo. "Se vivió un día espectacular. Primero la llegada con el autobús, que en pocos sitios se vive lo que vivimos nosotros. Solo había que ver las caras de la gente, nos dieron un plus. El partido lo conseguimos remontar y desde fuera se pasa peor que en el campo, con más nervios. Disfruté mucho aunque no jugara, fue un ambiente espectacular".

El ascenso está a dos pasos más. "Somos conscientes de que podemos hacer feliz a mucha gente, hay malaguismo puro por todos los rincones. Es bonito eso, y nosotros vamos a ser felices también si lo logramos", destacó Dioni, una de las voces de la experiencia. Antes del enfrentamiento con el Celta dijo que creía que les venía mejor un filial. Esta vez, también opinó sobre el Nástic, un rival muy distinto al anterior.

La Rosaleda, clave ante el Nàstic

Rival: "El Nàstic es un rival diferente, no tiene nada que ver con el Celta, han recibido pocos goles y en eso somos equipos parejos, también en la forma de jugar. El Celta era un filial sin presión, pero ellos también tendrán su presión. Hace no mucho estuvieron en Segunda, creo que va a ser un partido bastante equilibrado".

"Es un rival duro, sobre todo mentalmente hay que estar fuertes. Habrá mucha tensión y hay que saber controlar los pequeños detalles. En Ceuta hubo una expulsión (del exmalaguista Cristian Rodríguez) y cambió el partido, esos detalles importan mucho. Hay que estar concentrados los 95 minutos, súper concentrados en cada córner y cada saque de banda. La clave es el sábado en La Rosaleda, si ahí sacas un buen resultado...".

Cómo lo vive siendo malagueño: "Con los vellos de punta, para mí es un regalo estar aquí. Todo jugador quiere jugar más, pero los compañeros lo hacen muy bien y ahora es momento de sumar todos. El otro día estaba calentando en la banda y estaba atacado. Yo soy de aquí, tenía a familia y amigos en la gradas y es un sentimiento particular. Pienso muchas veces que el fútbol me lo va a devolver subiendo con el Málaga, he jugado ocho play off [ascendió solo una vez] y he vivido de todo: goles en último minuto, penaltis [cuando perdió en el Carranza con el Cádiz junto a Ferreiro]... El fútbol me lo debe".

La unión y el compañerismo de la plantilla: "Se demuestra en que no ha habido ningún conflicto ni pelea en el vestuario. Los lunes, cuando volvemos a entrenar, la gente que juega menos entrena muy bien. Y yo he vivido la otra cara, la de peleas con el entrenador y malas caras. Aquí pasa todo lo contrario, el míster aprieta a la gente. Quiero jugar, pero ahora lo están haciendo otros y es momento de sumar sea durante cinco minutos, dos o no juegues. Hay que dar el cien por cien".

Roberto, apercibido: "Sí lo hemos comentado, tiene dos amarillas y Roberto es un jugador que va al límite, al cien por cien. La amarilla del otro día creo que no fue, pero bueno... le hemos dicho que hay que ir con cabeza y ya está, simplemente eso".

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