Una imagen con mucho simbolismo: el Málaga del sentimiento de pertenencia

En la nueva docuserie 'LaLiga, más allá del gol', Netflix desvela interesantes conversaciones de los entresijos del fútbol de élite. Hay una escena donde el presidente del Sevilla, el director deportivo y el entrenador de entonces, José Luis Mendilíbar, hablan de que el proyecto del club hispalense tenía que volver a mirar a la juventud. "A nivel de cantera, tenemos que volver a nuestro modelo de negocio: jugadores jóvenes con proyección que nos den rendimientos, títulos y luego plusvalías", le suelta Pepe Castro a 'Mendi', que con su naturalidad le contesta sin titubear: "sí, claro, traer chavales de 20 años y estar en Champions también, ¿no?".

Imagínense la misma escena, en el verano de 2023, pero con distintos actores: pongamos a Kike Pérez, director general que eligió a Loren Juarros como director deportivo, los dos sentados frente al míster Sergio Pellicer, que no había conseguido frenar el descenso. Con el burgalés con gesto serio, diciendo con franqueza que se acabaron las medias tintas con la cantera, que el motor del club debe ser ese, con una frase contundente: "A los canteranos hay que ponerlos". A lo que Pellicer asiente, entre el acuerdo y la duda, soltando en voz alta a bocajarro: "sí, claro, que ponga a los chavales de 16, 17 o 20 años y que ascendamos a Segunda al primer intento, ¿verdad?".

Salvando distancias, ambas decisiones tuvieron su riesgo. En Sevilla no salió bien, y de la Europa League levantada hace poco más de un año se pasó a una permanencia tensamente calmada. En Málaga sí hubo ascenso, y del carro tiraron los jóvenes, a los que mucha gente trataban con condescendencia, paternalismo o excesiva desconfianza diciendo eso tan típico de "a los canteranos no hay que darles tanta responsabilidad". Se les dio la justa y necesaria. Al final, el gol milagroso lo metió uno de diecisiete, y el preludio de la remontada lo fabricó otro menor de edad con brackets y cara de estudiar para la Selectividad. El fútbol, al final, le dio la razón al proyecto de Loren Juarros.

En la presentación de la segunda y la tercera equipación del Málaga para la campaña 2024/25, el club ha publicado varias fotografías llenas de simbolismo. En la que ilustra estos párrafos aparecen doce jugadores, doce que se han formado en La Academia malaguista, sea por más o por menos tiempo. Carlos López (19 años, contrato hasta 2027); Moussa (22 años, contrato hasta 2026); Ramón (23 años, contrato hasta 2026); Haitam (22 años, contrato hasta 2027), Murillo (23 años, contrato hasta 2027); Cordero (17 años, contrato hasta 2025 y pendiente de renovar), Kevin (23 años, contrato hasta 2025 y pendiente de renovar), Dani Sánchez (24 años, contrato hasta 2025); Dani Lorenzo (21 años, contrato hasta 2027), Izan (18 años, contrato hasta 2025 y pendiente de renovar), Aarón Ochoa (17 años, contrato hasta 2027) y Larrubia (22 años, contrato hasta 2027).

Todos están en dinámica de primer equipo, han sido partícipes de un ascenso que se recordará siempre en la ciudad y tres de ellos, Izan, Aaron y Cordero, estuvieron a medio camino entre el filial y el primer equipo, pero siempre que jugaron con los grandes demostraron no quedarse pequeños. La apuesta por los jóvenes ha sido la mejor decisión tomada en los últimos años en el club, un movimiento que contradice a los tiempos del fútbol actual, donde el presente atropella al futuro y pocos creen en los procesos. La paciencia no es amiga de este deporte.

En Segunda División se seguirán viendo los frutos del aprendizaje de todos ellos, aunque en esa macedonia sean necesarias piezas más maduras como Dioni, Alfonso Herrero, Manu Molina, Einar, Nelson Monte, Luismi, Sangalli y los fichajes que vengan, necesarios para complementar. Pero la imagen de los doce chavales salidos de la cantera malacitana es motivo de orgullo para el aficionados: representan la mitad del grueso de la plantilla. Algunos tuvieron experiencias en la fábrica del Real Madrid de por medio (Dani Sánchez y Dani Lorenzo) y han tenido un regreso a casa, otros llegaron de otras provincias españolas a edades tempranas (Ramón, Cordero, Haitam...) y siete de ellos son nacidos en la Costa del Sol.

El sentimiento de pertenencia es esto, el Málaga de los que quieren estar, que curiosamente atrae más que un Málaga de nombres grandilocuentes con más currículum profesional, pero menos raíces. No por casualidad se han superado de largo los 20.000 abonados en tres semanas de campaña. La juventud también es motivo de ilusión.