Este jueves, en una rueda de prensa con el presidente Javier Tebas y el director general corporativo Javier Gómez, LALIGA ha desvelado los límites de costes de plantilla deportiva (LCPD) de los 22 clubes de Segunda División en la temporada 2024/25. El Málaga, como recién ascendido, se cuela en el top-10 de equipos con mayor cifra, alcanzando los 9'81 millones de euros.
Una situación sorprendente, habiendo estado el año anterior en la Primera Federación, con al agujero económico que supuso el descenso, con un ERE de por medio el pasado verano y una fuerte reestructuración en la entidad a base de recortes. Todo ello ya es pasado, aunque no se debe olvidar para el presente y el futuro en la gestión del club.
El Málaga, con esos casi diez millones de tope salarial, tiene más solvencia que otros clubes como Castellón (8'26 millones), Sporting de Gijón (8'14), Burgos (7'91), Racing de Ferrol (7'55), Albacete (7,47), Granada (6'95), Córdoba (6'10), Eldense (5'86), Mirandés (4'37), Levante (4'26), Cartagena (4'16), Almería (3'59) y Huesca (2'52).
En lo más alto de la clasificación está el Cádiz, con 18'88 millones de euros, aunque con respecto al límite salarial que tuvo en Primera el año pasado ha perdido 30'4 millones de golpe. Son los estragos de un descenso al segundo escalón y las grandes diferencias entre Primera y Segunda en lo económico.
El segundo es el Elche (14'99 millones) y el tercero es el Deportivo de La Coruña, que con el impulso de Abanca y una ampliación de capital se coloca con 13'45 millones de LCPD. El cuarto es el Real Oviedo (12'53), quinto el Racing de Santander (12'25), seguido de Tenerife (12'05), Real Zaragoza (11'78) y Eibar (10'08). El Málaga sería el siguiente en noveno lugar con los mencionados 9'816 millones.
El Límite de Coste de Plantilla Deportiva se refiere a la cantidad máxima que cada equipo puede gastarse en los salarios de jugadores, entrenador, segundo entrenador y preparador físico (plantilla inscribible), y en la cantera y otras secciones del club (plantilla no inscribible).
El cálculo es sencillo: se trata de la diferencia entre los ingresos y los gastos no deportivos presupuestados (alquiler de oficinas, nóminas de trabajadores no deportivos, mantenimiento de La Rosaleda, luz, internet...) y el pago de la deuda prevista para la temporada, contando aquí los gastos en salarios y demás.
En los ingresos entran los derechos de televisión (mucho mayores a los del universo precario de la Primera RFEF), la venta de abonos y entradas, venta de productos del club, patrocinios comerciales privados o institucionales, de ahí que el Málaga haya tenido un verano tranquilo en cuanto ingresos y con ningún problema para inscribir a los seis fichajes, todos ellos movimientos a coste cero, salvo sus fichas.