Es Noticia

Indignación y hartazgo con los ultras en Málaga: así los echaron en Madrid, Barcelona y Valencia

Congregación de Frente Bokerón en la previa del Málaga-Castellón. (@frentebokeron86)

La lacra de la violencia ultra está teniendo un repunte que sigue manchando la imagen del fútbol español en las últimas semanas. Primero, con el lanzamiento de bengalas de los radicales del Athletic en Roma; luego con el lanzamiento de mecheros a Courtois en el derbi madrileño y, por último, con otro nuevo episodio este pasado fin de semana en A Coruña, con altercados y dos detenidos en la previa del Dépor - Málaga. El aficionado de a pie, que por suerte representa la amplia mayoría, comparte su indignación, hartazgo y condena sobre este tipo de actos violentos y piden que se actúe con hechos, no solo con palabras.

Sergio Pellicer, técnico malaguista, se refería a ello en el pospartido de Riazor, cuestionado por los altercados. "Condeno y rechazo la violencia. Lo de unos pocos no debe reflejar lo que es la afición de un club: pureza, fidelidad y respeto. Yo me pregunto el porqué... ¡Esto se tiene que acabar ya! Tenemos que ser un ejemplo, cada vez vienen más niños al fútbol y esto no puede volver a suceder. Hay gente, que no somos nosotros, que lo tiene que solucionar", expresaba, con un mensaje contundente donde pide acciones.

LaLiga ya ha pedido la disolución del Frente Atlético

LALIGA, a raíz de estos episodios entre Frente Bokerón y Riazor Blues, comunicó a través de sus redes sociales que "se personará como acusación en los procedimientos judiciales correspondientes" para reafirmar "nuestro compromiso con la erradicación de la violencia en el fútbol".

De hecho, este pasado domingo, la patronal de Javier Tebas confirmó vía comunicado que el viernes presentó un escrito a Antiviolencia contra el grupo radical Frente Atlético por sus actos violentos en el partido Atlético de Madrid -Real Madrid donde exige "la disolución del Frente Atlético y la adopción de medidas como la clausura de los locales y establecimientos donde se reúnen". Se basan en un estudio interno donde se cuentan 142 incidentes protagonizados por estos sujetos (de la misma ideología que el Frente Bokerón) entre las temporadas 2015-16 y 2022-23.

Sancionados, sí; pero no erradicados

El nombre del Málaga se empaña cada vez que convive con este tipo de capítulos violentos, pero para que el club tome medidas sancionadoras necesita  informes policiales que verifiquen la identificación de los implicados que hubieran provocado altercados fuera del estadio de La Rosaleda, pues es el estadio el único lugar que pueden controlar. En todo caso, no es fácil poner fin al fenómeno ultra. Sin la figura de un presidente al mando en el Málaga, la decisión de echar erradicar por completo a los violentos en los estadios parece más lejana aún.

Esto ocurrió, de manera temporal y a pequeña escala, con los 18 miembros del Frente Bokerón detenidos por los disturbios del pasado 2023, en la última jornada de Segunda División, cuando se enfrentaron a la policía con barricadas y lanzamiento de objetos en mitad de la Avenida de la Palmilla.

El Málaga los vetó con la prohibición de entrar a La Rosaleda durante seis meses, pero seguían estando presentes en los partidos a domicilio por la dudosa manera de repartir de entradas, como denuncian tantos y tantos aficionados, normalmente por sorteo entre abonados y con una parte destinada a las peñas y la grada de animación Fondo Sur 1904, muy heterogénea y con más de 2.000 aficionados que no forman parte del problema, pero donde siempre sobresalen una cúpula de cabecillas más violentos.

Así acabaron con los ultras Real Madrid, Barça y Valencia

Durante muchísimos años, el grupo neonazi Ultras Sur fue de los más visibles y peligrosos del país, a costa del Real Madrid. Fue Florentino Pérez, a finales de 2013, cuando prometió acabar con ellos y aprovechó una reyerta que hubo en los alrededores del Santiago Bernabéu entre miembros de Ultra Sur para denunciarlo a Antiviolencia, identificarlos y prohibirles la entrada de por vida.

Joan Laporta ganó en julio de 2003 las elecciones a la presidencia del Barça y en agosto empezó una larga batalla para lograr la desaparición de los Boixos Nois, de los grupos ultras más violentos del país. Al presidente azulgrana le costó amenazas, asaltos y pintadas en su propia casa, de la que tuvo que mudarse, y vivir siempre con un guardaespaldas.

Material incautado por la policía a los Boixos.

Los Boixos recibieron el primer gran golpe cuando cerraron el almacén del Camp Nou donde guardaban sus "elementos de animación", un arsenal de armas blancas y todo tipo de simbología. En 2021 fue desarticulada la cúpula de este grupo de violentos con la detención de 14 miembros.

En el caso del Valencia, los Ultras Yomus ya no entran a Mestalla desde que en 2019 fueran expulsados, con Anil Murthy como presidente. Se pusieron medidas de control de acceso especiales para la grada, se identificó a todos aquellos que autores de delitos y se creó un dispositivo de control de acceso. En esa grada ya no se pueden sacar entradas, el abonado debe dar todos sus datos al club para facilitar el reconocimiento, hay cámaras que enfocan constantemente y el acceso se hace con huella dactilar e incluso por biometría facial. En 2021 pidieron volver a Mestalla y el club les contestó que la expulsión de los grupos radicales es definitiva.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar