La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a 18 ultras del Frente Bokerón a tres meses de prisión por desordenes públicos. Además, también le prohíben acudir a espectáculos deportivos relacionados con el fútbol durante los próximos 18 meses. Una condena que se produce a raíz de los incidentes ocurridos tras el partido entre el Málaga CF y el SD Ibiza disputado en La Rosaleda en mayo de 2023.
Los acusados han acudido este miércoles a la Audiencia porque estaban citados para la celebración de la vista oral. Finalmente, tanto el fiscal como las acusaciones y defensas han llegado a un acuerdo de conformidad y tras el reconocimiento de los hechos, el magistrado presidente ha dictado sentencia in voce.
El juez ha preguntado uno a uno si reconocían los hechos y seguidamente les ha comunicado que han sido condenados a tres meses de prisión por desordenes públicos y privación de acudir a espectáculos deportivos relacionados con el fútbol durante 18 meses. Además, también les ha advertido de que la suspensión de la ejecución de la pena privativa durante dos años queda condicionada a que no cometan un nuevo delito durante ese periodo. En ese caso, tendrían que cumplir la pena del nuevo delito y la que se les ha impuesto este miércoles.
Además de estas penas, cuatro de los acusados han sido sancionados con una multa de 1.800 euros cada uno por un delito de daños. Los condenados, a quienes ya se les había prohibido el acceso a La Rosaleda conforme al reglamento interno del club, se han mostrado conformes con la pena y han preferido no hacer declaraciones a los medios de comunicación.
El letrado de diecisiete de los ultras condenados, Gonzalo Pérez, ha dicho a los periodistas que están satisfechos con el acuerdo y ha subrayado que dentro de este procedimiento se había creado un relato novelístico que no correspondía con la realidad ni con los hechos. Ha asegurado que lo que ocurrió fue solo "el descontento de la afición del Málaga por un descenso del club y que ello desembocó en una serie de daños y un delito menor de desórdenes públicos".
Los hechos que han provocado la condena se remontan al 27 de mayo de 2023 con el descenso del Málaga a Primera RFEF. Tras finalizar el partido, los ultras se dirigieron a la puerta 18 del estadio para mostrar su enfado con los dirigentes y los jugadores mientras salían con sus vehículos. Unas protestas que precisaron de la Policía, que estableció un cordón de seguridad para dejar la puerta despejada.
Ante dicho cordón policial, los acusados, junto a otros aficionados que elevaban la cifra a un total de 30 hinchas, se dirigieron a otra calle por la que obligatoriamente tenían que pasar los coches. El fiscal explica en su escrito que todos menos uno se taparon las caras con pasamontañas, bufandas o camisetas para no ser identificados y tiraron contenedores y vallas, además de una barricada que impedía el paso de vehículos.