Alejandro Balde ha sellado su continuidad en el Barça, y ha rubricado su firma en un nuevo documento de trabajo, que será válido hasta 2028. Así pues, Joan Laporta ha conseguido espantar el interés que otras escuadras habían mostrado por una de las revelaciones de la pasada temporada en el fútbol europeo, debido a que el prometedor lateral zurdo tuvo una irrupción fulgurante, y consiguió asentarse como titular indiscutible.
Pasó de ser un habitual en el filial y competir en Primera RFEF, a ser inamovible de los esquemas de Xavi Hernández, sentando a todo un mito como Jordi Alba, palabras mayores. De hecho, se puede considerar al hispano-dominicano como el principal responsable de la fuga del segundo capitán de la plantilla al Inter de Miami de David Beckham. Y esto, inevitablemente, había provocado que llovieran las ofertas para sacarlo del Camp Nou.
Tan solo tenía firmado hasta 2024, y por ello Mateu Alemany tenía como prioridad cerrar un acuerdo con Jorge Mendes para impedir la fuga del zaguero nacido en el año 2003, que pasará a tener ficha y dorsal del primer equipo a partir de este curso. Aunque esto tendrá consecuencias, debido a que para poder inscribir su renovación, será necesario hacer hueco en la escala salarial y obtener ingresos, y uno de los damnificados será Eric García.
La necesidad del Barça de recaudar dinero es imperiosa, y obliga a tener que hacer diversos sacrificios. Y entre las piezas catalogadas como prescindibles se encuentra el nombre del central de 22 años, que nunca ha acabado de cuajar, y no ha convencido en las dos campañas que ha pasado. Ha sido propenso a cometer errores de bulto, y no ha demostrado ningún tipo de progresión, lo que ha hecho que Laporta se quiera desprender de él. El portal web ‘Fichajes.net’ le coloca un precio de salida de 10 millones de euros.
Con la firma de Íñigo Martínez, el eje de la zaga está más que cubierto.