Una de las prioridades del Real Madrid en la recta final del mercado estival fue la contratación de uno de los talentos más prometedores que hay ahora mismo en el panorama nacional. Después de dar por cerrado el apartado de llegadas en el primer equipo, Florentino Pérez se concentró en la contratación de jóvenes jugadores que pudieran dar un salto de calidad notable al Castilla de Raúl González Blanco, y al Juvenil A de Álvaro Arbeloa.
Y por ello estuvieron en conversaciones avanzadas con el Málaga para hacerse con los servicios de Izan Merino. Se trata de un central de tan solo 17 años, que ya ha entrado en varias convocatorias con el primer equipo del combinado de la Costa del Sol, aunque sin llegar a debutar en Primera RFEF. Se ha tenido que conformar con jugar en el filial, que compite en Tercera RFEF, donde ha demostrado estar preparado para competir a un nivel más alto.
A pesar de su juventud, ha destacado jugando contra rivales mucho más veteranos, lo que le sirvió para llamar la atención de los ojeadores de grandes escuadras. Y en el Santiago Bernabéu habían alcanzado un acuerdo con el zaguero para que se mudara a la capital de España, para empezar con el juvenil, y pudiendo entrenar a menudo a las órdenes de Carlo Ancelotti. Pero no fue posible sacarlo de La Rosaleda, debido a la intervención de un juez.
Prohibió al Madrid negociar con un equipo que está intervenido por orden de una magistrada, y que actualmente es regido por un administrador judicial. Así que la única manera de poder firmar al internacional español en categoría sub 18 y sub 17 era el pago íntegro de la cláusula de rescisión que existe en su documento de trabajo, que es de tres millones de euros, según ha explicado el diario ‘AS’. Una cifra que Florentino Pérez no quiso desembolsar.
De modo que Merino se quedó en el Málaga, a la espera de volver a tener la oportunidad de salir en el mes de enero.