Después del cierre del mercado de fichajes veraniego, el Málaga logró traer a seis fichajes y dar salida a siete jugadores. Pero si hay un nombre propio que ha estado vinculado a la entidad de Martiricos durante este periodo estival y que al final ha quedado en nada, es el de Samu Castillejo. El futbolista, al que ha despedido el Valencia, se encuentra sin equipo. Sobre él y la posibilidad de que jugara en La Rosaleda de nuevo se ha pronunciado este jueves Loren Juarros, director deportivo de la entidad blanquiazul.
Según ha explicado el propio Loren en rueda de prensa, "su entorno es quien transmite su ofrecimiento de venir al Málaga". Y ha añadido que "sin entrar en valorar al jugador, con todo lo que ha conseguido y donde ha llegado en su carrera, este no es ni el momento ni la situación para que vuelva, mas allá de que en el límite salarial iba a reflejar una cantidad mucho más elevada. Viendo todo lo que rodea a este Málaga, no era el momento".
Su posible regreso ha sido más deseo que realidad, pues el Málaga ni siquiera ha podido intentarlo por razones puramente económicas. Debido a una norma del reglamento de control económico LaLiga, que estipula que cualquier jugador de una categoría superior que firme en un equipo de Segunda tiene que ser cobrando un mínimo del 50% del sueldo que estaba ganando en su equipo anterior.
Castillejo cobraba más de dos millones y medio en Valencia, donde ha rescindido sin final amistoso. Según esta norma de la patronal de Tebas, se hace una media del sueldo del jugador en sus últimos tres años y esa cantidad es lo que computaría en el tope salarial (por ejemplo, un millón si esa fuese la media), aunque en la práctica cobrara el sueldo mínimo (90.000 euros). Inviable para el Málaga, que se hubiera quedado sin margen de maniobra.