Vilda, uno más
La selección española de fútbol femenino es una piña. No solo lo dice Jorge Vilda, cualquier jugadora de la plantilla también te dirá que este equipo es una familia. Y tan solo hace falta pasar unos días cerca de ellos para darte cuenta de que realmente es así.
En cada entrenamiento, en cada rueda de prensa, en cada partido... el buen ambiente es algo común. El seleccionador ha sabido trabajar un grupo para estar dentro de los grandes nombres del fútbol mundial, porque después de la victoria ante Alemania ya se puede considerar que está un poco más cerca de las grandes superpotencias. Y eso lo ha conseguido a base de trabajo, mucho trabajo, pero también de mucha psicología. Jorge Vilda ha creado una familia. Estar con sus jugadoras. Dar la cara cuando el equipo no ha lucido su mejor versión. Él es uno más y ellas lo sienten así.
Jorge se involucra hasta el último aliento en la plantilla. También forma parte en ciertos ejercicios de los entrenamientos. Ya lo hacía también en las categorías inferiores. Tal vez, al ser el técnico más joven de los 24 equipos de este Mundial de Francia, sus ganas e ilusión están provocando que esta selección rompa moldes.
De momento, la selección española de fútbol femenino está consiguiendo, en la tierra de la Liberté, Égalité, Fraternité dar un paso al frente hacia la igualdad del fútbol femenino. Aquí da igual que seas hombre o mujer. Lo que importa es ser el mejor en tu puesto. Y Jorge Vida, de momento, lo está demostrando. Ellas también lo tienen claro. Amanda lo remarcó en la rueda de prensa previa al encuentro contra Alemania: "Nosotros tenemos en el cuerpo técnico tanto hombres como mujeres. Nosotros marcamos esa filosofía, que nos da igual el sexo. Queremos el mejor en su puesto".