La selección femenina de fútbol afronta este lunes su cita más decisiva en el Mundial de Francia 2019. Las jugadoras de Jorge Vilda tendrán que hacer frente a la todopoderosa Estados Unidos en el encuentro de octavos de final. Y lo hará en un estadio a la altura de las circunstancias, en el estadio Auguste-Delaune de Reims.
El campo del Stade de Reims lleva varios días engalanándose para recibir uno de los choques más atractivos de la eliminatoria. Desde las gradas hasta el terreno de juego. Todo tiene que estar perfecto para la gran cita, especialmente el césped donde las jugadoras españolas vivirán uno de los encuentros más importantes de sus vidas.
Por ello, y consciente de la incidencia que puede tener en el juego de las futbolistas, la FIFA cuida meticulosamente cada detalle del terreno de juego. El césped es continuamente revisado, sea el día del partido o no, por los responsables encargados del mismo.
Es fundamental que el césped se mantenga en las mejores condiciones posibles para la seguridad física, evitar lesiones, de las jugadoras. Y para saber que todo está en perfecto estado hay que medir varios parámetros.
"Para saber el estado en el que está la hierba se miden varios parámetros: la humedad del suelo, la tracción, la altura del césped y la compactación. Todo es importante porque si el césped resbala mucho es más propenso a tener lesiones que si está más duro, o si el césped está muy alto el balón va más lento", cuenta Jorge Palma, responsable del terreno de juego en Reims.
Todos los parámetros tienen un rango, un máximo y un mínimo, que se miden con distintas máquinas. Las mediciones se hacen todos los días, también en los campos de entrenamiento. Y donde se ejercitan nuestras internacionales es exactamente igual, el césped tiene que estar en las misma condiciones que donde se va a jugar.
Una trabajo fundamental para los partidos de este Mundial de Francia, porque además de las grandes estrellas, el césped debe estar en las mejores condiciones para el juego de los equipos.