Teresa Abelleira pasará a los anales de la historia como una de las 23 jugadoras que lograron la primera estrella en el pecho de España. Un 20 de agosto que recordarán -y recordaremos- para siempre ha tenido el colofón con una actuación brillante. Nacida en Pontevedra, llegó al Deportivo con tan solo 16 años para comandar desde la medular un naciente proyecto que culminaría con una temporada 19/20 histórica. Ahora a sus 23 años es el orgullo de toda una comunidad que se ha unido para verla levanta al cielo el trofeo de su vida. De soñar con goles a lograrlos.
No sale en las fotos principales, pero no lo necesita. El corazón de España es pontevedrés y tiene ADN blanquiazul. Teresa Abelleira ha hecho historia. Primero, por lograrlo, por alzar la corona que sitúa a España en el epicentro del mundo. Pero segundo, porque sus actuaciones han sido claves para que la selección de Jorge Vilda se alzase con el triunfo. Como en el patio de su casa, inglesas, suecas o neerlandesas siguen persiguiendo su sombra.
Nació en Pontevedra, hace 23 años y ya es historia de la ciudad. También de A Coruña, donde pasó parte de su etapa formativa y dio el salto al fútbol profesional; y de Galicia, porque ha llevado la bandera de la comunidad a lo más alto del deporte.
Dio sus primeros pasos con apenas seis años gracias, en parte, al apoyo de su padre y su hermano. Jugar al fútbol a su edad no era 'normal', pero ella se encargó de romper barreras hasta llegar a nuestros días. Demostró a todos que esto solo es un deporte y que para divertirse solo hace falta un balón. Sin trabas, sin impedimentos. No las saltó, las derrumbó.
Sus primeros pases los dio en la Agrupación Juvenil Lérez, pero poco después empezó a compaginarlo con el fútbol sala. De ahí se explica su capacidad para aclarar movimientos, para entender el juego, para mimar la pelota. Su cabeza trabaja tan rápido como sus pies y en el Pio Pescamar empezó a despuntar. Tanto, que fue campeona de España e internacional sub17. Lo de ganar le viene desde pequeña.
En la familia Abelleira se respira fútbol. Ella, la tercera de sus hermanos, pero eso no le impidió competir con ellos. "Cuando éramos pequeños siempre se venía a jugar al Polideportivo de Poio con mis amigos", explica su hermano Tomás en una entrevista con Marca. Nada le viene dado.
Decidió encomendarse a Andrea Pirlo, su ídolo. Hablaba del italiano ya cuando jugaba en el Dépor y concedía sus primeras entrevistas. Ella, en la medular y también con el '3' a la espalda, emulaba el juego del fleresi. Y aquí hacemos una breve pausa, porque no hubo mejor equipo que replicase aquella esencia del Milan de Ancelotti que el Dépor en rombo de Manu Sánchez. En el que por su puesto, Tere era el centro. El pívot que primero pisaba balones en pista y luego ponía milimétricos pases al pie sobre césped. Siempre tratando de ver el fútbol de cara y oteando con su mirada periférica. Aprendió a replicar el golpeo del italiano y desde pequeña se convirtió en ejecutora. Ahora, pone centros medidos con España, marca golazos en fases finales y registra pases marca de la casa.
Fue en 2016 cuando a Teresa el fútbol le cambió la vida. Por aquel entonces, en Galicia no había una apuesta decida. Había clubes que lo intentaban con menores recursos y hacían un trabajo excelente. Mención especial para el Orzán coruñés, que sigue al frente de la revolución.
Pero en aquel año nació el 'Dépor Abanca'. Una apuesta decidida por la directiva de aquel momento, encabezada por Tino Fernández, por crear un equipo serio y profesional. Hasta el día de hoy perdura y sigue creciendo como club pionero. Actualmente milita en Primera Federación (2ª categoría) tras quedarse a las puertas del ascenso, pero muchas jugadoras rechazan ofertas mejores para llegar a un proyecto especial. La confianza en A Coruña sigue siendo decidida.
Ollo ao recital de Tere Abelleira @teresabelleira na vitoria do @RCDeportivo sobre o @SevillaFC
Ruletas, canos, e un golazo espectacular 👌😍 para poñer o 2⃣-1⃣
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— En Xogo tvG2 (@EnXogo_tvG2) December 1, 2019
Manu Sánchez fue uno de los encargados de armar aquel equipo que necesitaría tres temporadas para conformarse. La mayoría, jugadoras del 99 o 2000 que venían despuntando en categorías inferiores. En A Coruña se reclutaron a los mejores talentos gallegos y, en el medio, Tere Abelleira. Con 16 años. Primero en Ponte dos Brozos y luego en Abegondo; primero para familias y amigos, después, para toda una ciudad que se enamoró de aquel juego.
Teresa Abelleira fue junto a Raquel Béjar la primera jugadora en firmar un contrato profesional en 2017 con el Deportivo
"Con Teresa todo es un carrusel de emociones", la describe Manu Sánchez. Su primer 'mentor' en el fútbol profesional. Quien vio partidos del Dépor Abanca recordará el carácter de la '3'. Lágrimas de rabia e impotencia cuando uno de los mejores Barcelonas de la historia ganó en una prórroga de infarto a aquel equipo de 'rebeldes'. Lágrimas de celebración con el ascenso o victorias que sonaban imposibles.
Aquel fútbol le permitió dar el salto al Real Madrid, en el que junto a Misa y Athenea del Castillo, con las que compartió vestuario como blanquiazul, debutarían en Champions. Parte del sueño estaba logrado. Allí supera ya la barrera de los 100 partidos y desde hace tres años sabe lo que es vestir la roja. Debutó en el 2020 sustituyendo a Aitana Bonmatí y ahora se ha convertido en su mejor socia. Ahora, la pequeña Tere ya no es pequeña. Se llama Teresa y es campeona del mundo.
— Teresa Abelleira (@teresabelleira) August 20, 2023
Cada vez que Abelleira toca el balón a alguien en el estadio se le acelera el pulso. Es su familia, que se ha recorrido medio mundo para ir a verla conquistar el otro medio. Allí, en la grada, su madre encabezaba un apoyo que tuvo un premio especial. Son Teté y Milo, sus padres, y ella, está de cumpleaños el día que su hija hace historia.
🚀 ¡TEREEEEEEEE! ¡MADRE MIA! #FIFAWWC
⚽️ Abelleira se saca un 𝙡𝙖𝙩𝙞𝙜𝙖𝙯𝙤 a la escuadra y adelanta a España. ¡Qué bien pinta esta mañana de miércoles!
🇪🇸 1- 0🇿🇲
⌚️ 9'
🔵Puedes ver el partido en @La1_tve y aquí: https://t.co/FbNJAUgC0h pic.twitter.com/nwWRmOfIHx
— Teledeporte (@teledeporte) July 26, 2023
Pero no fueron las únicas. Desde Pontevedra, toda su familia. Abuelos y los más pequeños la acompañaron desde la distancia y lloraron con su victoria. "Para nosotros es especial poder estar aquí, y para ellas también", explicaba su madre al Diario de Pontevedra hace algunos días. Las familias hicieron piña y ahora celebran con ellas. Son campeonas del Mundo.
Y Teresa, que empezó dando patadas a un balón con apenas seis años, ahora es el orgullo de toda una ciudad. De toda Galicia y de todo un país. Ha hecho soñar y disfrutar. Y ahora, ella, puede abrir los ojos. No es un sueño. Es la realidad. "Sueños de goles" que parecen imposibles ahora lo son. El tatuaje de su pie tenía razón.
Enhorabuena, Teresa, y gracias.