En busca de esa unión, la selección española de fútbol celebró en la noche del domingo una barbacoa de confraternización. Los jugadores españoles se saltaron la estricta dieta habitual de los deportistas y cenaron en un rodicio –bufet de carnes brasileñas- servido por el restaurante Per Tutti en la concentración de la ciudad deportiva Cajú, de Curitiba.
También estuvo junto a ellos el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, que espera una reacción española como la acontecida en el Mundial de 2010 tras caer derrotados en la primera jornada ante Suiza.