No se han quedado quietos los mexicanos, que acusan a la FIFA de doble moral, usando para ello las designaciones de Rusia y Catar como próximas sedes del Mundial. En el caso del país organizador del Mundial de 2018, el gobierno ruso prohibió la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, con altas sanciones. Esto ha despertado un brote anti homosexual en Rusia con tintes violentos.
Por su parte, en Catar se considera como delito las conductas homosexuales, con penas que pueden llegar a los siete años de reclusión para ciudadanos extranjeros y pena de muerte para los musulmanes. Aunque la FIFA ha instado a estos dos países a que se cambien las leyes, llama la atención el distinto rasero del organismo ante el mismo problema en distintos escenarios.