El Comité Olímpico Internacional (COI) presume en esos términos de la huella que dejaron sus Juegos en el deporte, la economía, el turismo y la sociedad de Rusia.
Gracias a los Juegos de Sochi, señaló el organismo en una nota, "los aficionados al fútbol conocerán allí una ciudad llena de vida".
La herencia olímpica más visible en la localidad bañada por el Mar Negro es el estadio Fisht, donde este viernes España y Portugal disputarán su primer partido mundialista.
"Se construyó para las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos. Después, fue completamente remodelado y ahora se emplea como centro de entrenamiento de la selección rusa y para competiciones de gran escala como la final de la Copa Rusa o la Copa Confederaciones", recordó el COI.
El público que asista en Sochi a los partidos del Mundial "se cruzará con los estudiantes que asisten a sus cursos en el Parque Olímpico", por ejemplo en un centro para alumnos de alta capacidad que se ubica en el estadio Shayba, que acogió el hockey sobre hielo en los Juegos de 2014.
También la Universidad Olímpica Rusa de Sochi es un legado de aquella cita. En ella estudian más de 200 exatletas rusos un Máster en Gestión Deportiva.
Según el COI, el impacto económico del turismo de balneario ha crecido hasta suponer el 13,5 % de la economía de la ciudad. Una media de 250 actividades deportivas y culturales se desarrollan anualmente en este sede. "Ahora es un destino turístico para todo el año", destacó el Comité.
El estadio Fisht "no es el único estadio olímpico utilizado en la Copa del Mundo", puesto que también lo es el Luzhnikí en el que se inauguró el torneo este jueves.
"Fue el principal estadio de los Juegos de Moscú en 1980. El entonces llamado Estadio Central Lenin tiene su raíces en los Juegos Olímpicos, porque se construyó tras el éxito de la Unión Soviética en los Juegos de Helsinki 1952 para desarrollar el potencial deportivo de todos los ciudadanos", subrayó el COI.
El repaso histórico del organismo elude las polémicas relacionadas con los dos Juegos Olímpicos disputados en territorio ruso.
Los de Moscú'80 fueron boicoteados por Estados Unidos, Alemania Occidental y Japón, entre otros países, en protesta por la invasión soviética de Afganistán. Los resultados deportivos quedaron condicionados por esas ausencias: la URSS, Alemania Oriental, Bulgaria y Cuba fueron los primeros equipos en el medallero final.
Pasados 34 años, el escándalo que generó el coste de los Juegos de Sochi 2014, los más caros de la historia con un gasto de 51.000 millones de dólares, se quedó pequeño comparado con el impacto que causó el descubrimiento de una trama organizada de dopaje, ideada para llevar al equipo ruso a la victoria.
Tras certificarse que el laboratorio de Sochi manipuló los controles antidopaje y utilizo un banco de orina limpia para sustituir las muestras de los dopados, el Comité Olímpico Ruso fue suspendido, se anularon decenas de resultados y solo ciertos deportistas de probada limpieza pudieron participar, bajo bandera olímpica, en los Juegos del pasado febrero en PyeongChang (Corea del Sur).