Gylfi Sidgursson es el jugador "distinto" en un 'once' que habitualmente derrocha energía física. Él le suma calidad, magia y visión de juego moviéndose por detrás de los delanteros.
El centrocampista del Everton inglés ha sido reconocido como el mejor jugador de su país en las cinco últimas temporadas y su figura explica, en gran medida, la presencia de Islandia entre las selecciones participantes en la cita rusa.
De la mano de su juego, sus asistencias y sus goles, el conjunto vikingo asomó en el Europeo sub-21 de 2011. Cinco años más tarde, progresó hasta los cuartos de final de su primera Eurocopa.
En 2018, Gylfi Sidgursson comparte con sus compatriotas un reto mayúsculo: merecer una plaza en los octavos de final del Mundial de Rusia. Eso implica superar la fase de grupos que comparte con los equipos de Argentina, Croacia y Nigeria.
A Gylfi Sidgursson eso le exigirá ver menos por su lucimiento para ser uno más en la sólida doble pared que el técnico Heimir Hallgrimsson manda levantar partido tras partido.