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Simonsen, el pequeño gran danés que pasó de Balón de Oro a estrella del baile

Copenhague, 15 jun .- Allan Simonsen fue el hombre que puso a Dinamarca en el mapa del fútbol moderno, estrella en el Mönchengladbach y en el Barcelona -donde fue apodado el pequeño gran danés- y único Balón de Oro (1977) nacido en Escandinavia.

Su baja estatura (165 centímetros) la compensó con rapidez, habilidad, gol y pase para firmar una carrera brillante de 18 años que hizo de él una leyenda del fútbol danés y una persona muy querida en su país, donde hace unos años se convirtió, además, en estrella televisiva en el equivalente a "Mira quién baila".

Simonsen (1952) comenzó a despuntar en su Vejle natal, donde antes de cumplir los 20 años e irse al Borussia Mönchengladbach, le dio tiempo a ganar dos ligas danesas.

Tras una primera temporada complicada se acabó convirtiendo en figura en la mejor época en la historia del club alemán, un equipo en el que también destacaban Heynckes o Netzer y que ganó tres ligas seguidas, dos Uefas y jugó una final de la Copa de Europa, que perdió en 1977 contra el Liverpool de Kevin Keegan (3-1).

El atacante danés, el único jugador que ha marcado en las finales de los tres torneos europeos de la época (Uefa, Recopa y Copa de Europa), se vengó quitándole ese año el Balón de Oro a Keegan.

Dos años más tarde fue el primer danés en jugar en el Barcelona, donde estuvo tres temporadas y ganó dos Copas y la célebre Recopa de 1981, en una final jugada en el Camp Nou contra el Standard de Lieja en la que hizo un gol y le dio el otro a Quini.

Pese a un inicio complicado con amenazas de secuestro incluidas -que luego se cumplirían con Quini-, Simonsen acabó dejando huella en el Barça, aunque nunca ganó la liga; y el fichaje de Maradona, unido a la normativa que solo permitía alinear a dos extranjeros, forzaron su salida.

Tras un extraño paso fugaz por el Charlton, Simonsen -balón de "bronce" en 1983- abandonó los grandes focos para volver a Dinamarca y jugar media docena de temporadas más, logrando otro título de liga con el Vejle.

Su sobresaliente trayectoria en clubes no tuvo correspondencia en la selección, en parte porque el fútbol danés no se profesionalizó hasta finales de la década de 1970 y por la mala suerte, como su lesión en el partido inaugural de Francia 1984, un torneo en el que Dinamarca llegó no obstante a semifinales, donde cayó contra España.

Pero suyo es uno de los goles legendarios de la "Dinamita roja", el 0-1 que firmó el primer triunfo danés en Wembley (1983), y Simonsen pudo al menos jugar unos minutos en el debut de Dinamarca en un Mundial, en México 1986.

Su trayectoria como técnico estuvo muy por debajo de la de jugador, dirigiendo a equipos modestos daneses (Vejle, Fredericia) y a selecciones de poco nombre como las Islas Feroe y Luxemburgo.

Simonsen sorprendió a sus compatriotas hace cinco años al aparecer en "Locos por el baile", donde llegó a las semifinales pese a sus nulas dotes artísticas: siempre el peor valorado por los jueces, salvado semana tras semana por el voto de los daneses, empeñados en rescatar al "héroe" de Wembley.

En los platós llegó a exhibir su amor por el Barça bailando con los colores blaugranas, pero el cariño de los televidentes no fue suficiente para llevarlo al triunfo que en tantas ocasiones logró como futbolista.

Recursos de archivo en www.lafototeca.com. Cód: 1570868

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