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Un doble día de fiesta para el mundo árabe musulmán

San Petersburgo (Rusia), 15 jun .- Existen dos grandes fiestas sagradas en el calendario musulmán, que celebran con pasión más de 1.800 millones de musulmanes repartidos a lo largo del planeta.

Una es el Aid el Adha, o fiesta de la Inmolación, que rememora el sacrificio que Abraham estuvo dispuesto a realizar para complacer las exigencias de un Dios poco humano.

La otra es el Aid al Fitr, la fiesta que marca el fin del mes del ayuno sagrado o Ramadán, un mes de expiación que el creyente consagra a Ala absteniéndose de comer y beber desde que amanece hasta que se pone el sol.

Las veleidades del calendario han hecho que este año, el 1438 de la era musulmana, la fiesta del fin del Ramadán coincida con otra de las pasiones que millones de aficionados al deporte comparten en el mundo: el mundial de Rusia.

Y que lo hagan entrando en escena tres de las cinco selecciones de estados que se declaran musulmanes: la Egipto de Héctor Cuper abre la jornada en un choque vital frente a la Uruguay de Luis Suárez y Godin.

Marruecos e Irán disputarán, por su parte, un partido inédito en la historia del fútbol y de los mundiales en el estadio de San Petersburgo en busca de una victoria que convierta este fin de Ramadán en el más feliz de su vida.

"Hoy tenemos mucho que celebrar. Vamos a ganar a Irán y España y Portugal nos tendrán miedo. Alá ha hecho que juguemos este día y eso es una señal para los piadosos", explicaba a Efe Nabil, un joven marroquí que aguardaba la hora del partido sentado en un parque junto al museo del Hermitage.

El Aid al Fitr comenzó, en realidad, anoche, triste para los saudíes, ya que salieron ampliamente derrotados del partido inaugural frente a Rusia en el estadio Luznikhi de Moscú, con cinco goles en el zurrón y ninguno en la cartera.

En la prensa árabe de hoy, varios expertos relacionan el desplome físico de los saudíes en los últimos 20 minutos de partido, en los que Rusia anotó tres tantos, con el hecho de que la preparación coincidió con el mes de Ramadán.

La mayor parte de las selecciones musulmanes cambiaron sus horarios de entrenamiento para adaptarlos al mes del ayuno, eligiendo la medianoche para que jugadores y técnicos pudieran cumplir con una excesiva interpretación del precepto.

Egipcios, marroquíes e iraníes saldrán hoy hidratados, con las fuerzas recuperadas tras un desayuno matutino ajustado, y el descanso habitual previo al partido.

Algunos de ellos ya llevan varios días a ese ritmo, ya que el Islam permite posponer a otra fecha la obligación del ayuno sagrado cuando el fiel se encuentra de viaje, a más de 85 kilómetros de su hogar.

"No creo que el Ramadán afecte a ninguno de los dos equipos. Son jugadores profesionales y saben como cuidarse. Además, existen muchos estudios y métodos, ya que noes la primera vez que ocurre el ramadán", explica a Efe un conocido periodista deportivo marroquí.

En la misma línea se expresa un colega iraní, que remarca que este mundial, el que más jugadores musulmanes congrega de la historia, "es amado por Alá. Que se juegue este encuentro hoy no es vanal", resalta.

Ni Marruecos ni Irán han ganado nunca su partido de debut en la copa del mundo. Tampoco Egipto, que arranca esta tarde, ni Arabia Saudí que lo hizo ayer ni Túnez que comenzará el próximo día 18 en Volgogrado frente a Inglaterra.

Irán, Túnez y Marruecos son los equipos que en más ocasiones han participado, cinco cada una. Los tunecinos se enorgullecen, además, de ser el primer equipo del llamado "continente negro" en lograr una victoria: fue en Argentina 1978 frente a México (3-1).

Pero nunca han conseguido avanzar a la segunda fase, tampoco los persas, que en la pasada Copa del Mundo hicieron sudar hasta los últimos minutos a la Argentina de Lionel Messi, en un partido en el que tuvieron sus oportunidades.

Quien si lo hizo fue Marruecos, que en México 1986 se convirtió en el primer equipo árabe y africano en pasar a segunda ronda, al quedar primero de grupo ganando a Portugal y empatando con Polonia e Inglaterra.

En octavos sería eliminado por Alemania, que después llegaría a la final, con un solitario gol en el minuto 88 del histórico Lotthar Matthews.

Arabia Saudí ha participado en cuatro ocasiones, dejando una gran impronta en su primera copa del mundo (EEUU 1994), en la que pasaron a segunda ronda tras derrotar a Suecia (1-3) en un partido épico que forma parte de la historia de los mundiales.

Como también forma parte de ella uno de sus jugadores, Saed Owairan, que ese mismo año marcó un impresionante gol con un eslalon que comenzó en su propio área, y que está considerado uno de los diez más bellos de la gran cita del fútbol mundial.

Egipto, potencia del fútbol africano con siete títulos continentales, es la selección que tiene el bagaje más pobre de todos.

Apenas tres participaciones, contando la actual, la primera en 1934 y la última en 1990.

En la cita de Uruguay disputó un solo partido, que perdió por 4-2 frente a Turquía, con dos goles de Abdularahman Fawzi, máximo artillero egipcio de los mundiales.

En Italia cosechó dos empates, frente a Holanda y la República de Irlanda, y una derrota frente a Inglaterra, que la dejó última de grupo con dos puntos, dos goles en contra y uno a favor, anotado de penalti por Abdelggani.

En esta copa del mundo aspira a lograr su primera victoria, y se apuntará un récord personal: su portero, Essam El Hedary, que durante el torneo puede convertirse en el más viejo en disputar una fase final de la Copa del Mundo, con 45 años y cuatro meses.

"Este es el mundial más árabe de la historia. Por primera vez hay cuatro equipos y eso es motivo de alegría", explica a Efe otro de los periodistas. "El próximo será en Qatar y superaremos esta marca", vaticina.

"Hoy millones de árabes celebraran doblemente: la fiesta del Aid y dos victorias", concluye en un arrebato de optimismo.

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