Amunike, el héroe de Atlanta'96
Moscú, 16 jun .- Un gol de Emmanuel Amunike marca la historia olímpica de Nigeria. El 3 de agosto de 1996, en el minuto 88 de la final de los Juegos de Atlanta, el extremo de Obodo consumó la remontada del conjunto africano ante la selección de Argentina.
Ante 86.117 espectadores, en el estadio Sanford de la ciudad de Athens (Georgia), Amunike se vistió de héroe. Eludió el fuera de juego y el marcaje de los defensores albicelestes para remachar, solo, pocos centímetros por delante del punto de penalti, una falta lateral. Su acierto ante Pablo Cavallero significó el 3-2 y dejó a Argentina sin reacción tras desechar las ventajas que le habían concedido anteriormente Claudio López (0-1) y Hernán Crespo (1-2).
"Esta victoria es para todos los países africanos", afirmó Sunday Oliseh tras la coronación de las 'Super Águilas' ante una generación en la que sobresalían Roberto Ayala, Javier Zanetti o Diego Simeone.
La selección nigeriana, con un eléctrico Amunike moviéndose desde el flanco izquierdo, ya había advertido de su sed de éxito en las semifinales. Se rehizo de un adverso 1-3 ante la escuadra de Brasil, sobrada de talento con Bebeto, Ronaldo y Rivaldo.
Siendo ya campeón olímpico, el Barcelona cerró la operación que llevó a Amunike a la Ciudad Condal procedente del Sporting de Lisboa, a cambio de unos 500 millones de pesetas (30.000 euros actuales).
Su llegada, sin embargo, se vio retrasada por sus problemas en la rodilla izquierda. El nigeriano fue rechazado en dos ocasiones por los servicios médicos de la entidad azulgrana (el 7 de junio y el 29 de agosto), antes de la firma de su contrato el 10 de diciembre de 1996.
"Todo estaba cerrado desde agosto", explicó el entonces vicepresidente del Barcelona Joan Gaspart, "pero estaba a expensas de la evolución de su problema".
'Manolo' -como cariñosamente llamó el vestuario a Amunike- jugó con cierta regularidad durante los primeros meses, hasta que vio agravada su dolencia. La artrosis en la rodilla izquierda le impidió lucir su potencia en la Liga española.
Gran parte de su etapa en la ciudad catalana, que recuerda como "un calvario", estuvo marcada por sus problemas físicos.
"Fueron años de dolor, tortura y trauma", confesó el exjugador.
Dejó la escuadra catalana en el año 2000, pero reapareció años después en los televisores españoles como protagonista de un anuncio del Renault Kangoo, en el que presumía de su "mejor jugada": el saque de banda.
Con su desgracia se cebaron algunos aficionados rivales.
Su apellido también sonó en algunos estadios durante el tiempo en que Luis Enrique fue entrenador del Barcelona. "Lo de Luis Enrique tu padre es Amunike además de racista es poco original, a mi entender", lamentó en su perfil de Twitter el técnico asturiano.
Al igual que Luis Enrique, Amunike continúa vinculado al fútbol, como entrenador. Como seleccionador de Nigeria en categoría sub-17, ganó el Mundial de 2015.
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