Han pasado ocho años desde aquel España-Honduras que empezó a ponernos en la senda de la conquista de nuestro Mundial de fútbol. Aquel día España no jugó brillantemente, pero hizo lo que debía: Se impuso 2-0 a un rival inferior y superó el golpe recibido ante Suiza en la primera jornada. Esto es un poco lo mismo, se trata de ganar bien a Irán y empezar a asustar, como se hizo ante Italia en la clasificación o Argentina en el amistoso del Metropolitano, para que todos sepan que España va a por todas.
Atrás han quedado Lopetegui, el debate sobre De Gea, los miedos tras las dos últimas grandes competiciones, la búsqueda de un '9' y hasta el destrozo que nos hizo en Sochi Cristiano Ronaldo. Detrás hay 46 millones de personas viendo que es posible ganar la Copa del Mundo por segunda vez y en el vestuario un grupo fortalecido por las adversidades, capaz de alzar el trofeo y absolutamente obsesionado con hacerlo. Ramos, Piqué, Busquets, Iniesta y Silva, el núcleo duro de la selección, pueden estar jugando su último Mundial y quieren volver a ganarlo. Cuando acabe el Mundial tocará hablar de la Nations Cup, de las próximas fases de clasificación y de la Eurocopa, pero Catar queda muy lejos.
Por todo eso, España está en ese momento en el que, si la pelotita entra con una frecuencia más o menos razonable dado el juego y la capacidad del equipo, el futbol puede romper en espectacular. Busquets, Iniesta y Silva deben subir el rendimiento de la primera jornada, pero a poco que lo hagan, con Diego Costa e Isco estelares, España será temible.
La receta de Hierro para ganar a Irán no debe ser muy distinta de la empleada contra Portugal. Si acaso, menos repliegue intensivo cuando no se robe en la presión tras pérdida, menos precauciones por lo tanto, y bombardear indiscriminadamente al rival. Una vez que De Gea ha dado el paso, Hierro ha demostrado creer en él y confirmado su titularidad, la única duda está en el lateral derecho. Se disputan el puesto Nacho y Carvajal. Hierro sopesa dar entrada al presumible titular, que no ha parado de trabajar desde su lesión y está llamando a las puertas del seleccionador para que no se olvide de él a pesar de la probada solvencia de su compañero en el Real Madrid. La opción de Odriozola, a pesar de su mayor profundidad, parece quedar descartada en estos momentos, como la posible entrada de Thiago por Koke o la de alguien en punta que se complemente con Diego Costa, alternativa que puede verse durante el torneo si España necesita levantar un resultado adverso.
De Irán se fían los españoles poco o nada. A los de Oriente Medio los avalan sus 17 partidos sin perder, el balance de 35-7 en gol durante ese periodo y su victoria frente a Marruecos, sorprendente a todas luces pero que sitúa a los de Carlos Queiroz, perfecto conocedor del fútbol español, como un enemigo más complicado de lo inicialmente previsto, aunque no deben asustar a nadie. Irán, hoy en día, está a años luz de España. Destacan el delantero Azmoun, jugador del equipo propietario del estadio, el Rubin Kazan, y Masoud, viejo conocido de La Liga tras su paso por el Osasuna y la UD Las Palmas. Juega actualmente en el AEK de Atenas.
Alineaciones probables:
Irán: Ali Beiranvand; Ramin Rezaeian, Morteza Pouraliganji, Pejman Montazeri; Masoud Shojaei, Saeid Ezatolahi, Ehsan Haji Safi, Omid Ebrahimi; Vahid Amiri, Sardar Azmoun, Alireza Jahanbakhsh.
España: De Gea; Carvajal, Sergio Ramos, Gerard Pique, J.Alba; Sergio Busquets, Koke , Andres Iniesta, Isco, David Silva; Diego Costa.
Árbitro: Andrés Cunha.