Sochi (Rusia), 24 jun .- Neymar llora, insulta a sus propios compañeros y al árbitro y polariza a su país en el debate sin fin entre los que piden respeto para las emociones que desbordan los brasileños y quienes achacan esas reacciones a flor de piel a una falta de madurez que ya tuvo consecuencias nefastas en 2014.
En aquel Mundial el capitán Thiago Silva y su compañero en la zaga David Luiz no resultaron indiferentes por las lágrimas de emoción que vertían cada vez que se entonaba el himno nacional.
Llanto de felicidad hubo de los brasileños al superar a Chile en la fase de octavos de final, de tristeza ante la ausencia de Neymar en las semifinales contra Alemania por una lesión en el partido previo con Colombia, y por la humillación del 1-7 ante los germanos.
Las reacciones de los alemanes no se expresan así.
Dejan un halo de rebeldía, una seguidilla golpes de pecho y atronadores gritos que denotan poder o la recuperación del mismo mientras en el césped yacen sus rivales caídos, rendidos, minados por el esfuerzo vano.
Cumplidas dos de las tres jornadas de la fase de grupos, en ningún caso Brasil y Alemania han asegurado su clasificación a los octavos de final, pero en sus respectivos compromisos obtuvieron respiro y confianza con sendos triunfos agónicos.
No obstante, la amenaza de la eliminación del Mundial sigue planeando sobre la Canarinha y la Mannschaft.
Y qué ironía, el esfuerzo descomunal que deben imprimir en la última jornada de sus respectivos grupos para avanzar puede enfrentarles en la siguiente fase.
Alemania y Brasil son testigos de que el de Rusia viene siendo el Mundial de las dificultades para los favoritos. Pero hay más, Argentina, por ejemplo, vive su particular drama tras caer goleado en la segunda jornada por Croacia.
El campeón del Mundial pasado volvió a la pelea el sábado al derrotar con una vigorosa remontada por 2-1 a Suecia.
Las formas que llevaron a emotivo resultado posiblemente sirvan a los de Joachim Löw para fortalecer el espíritu, algo que le costará un poco a Suecia, que llegó a tener el viento a favor con un gol en el primer tiempo.
Los Vikingos Amarillos sabían dónde estaban las grietas que México aprovechó para derrotar a los alemanes en el debut.
Y ni los cuatro cambios introducidos por Löw ayudaron a coser los orificios que hay entre los volantes de contención y los centrales.
Las hilachas se siguen viendo y así lo confirmó Ola Toivonen al sacar ventaja de una mala entrega en la mitad de Toni Kroos y de la lentitud en la reacción de Jerome Boateng, quien con su expulsión generará más inconvenientes en el armado del equipo para enfrentar a Corea del Norte el 27 de junio.
Está por verse que Mats Hummels se alcanzará a recuperar de la lesión en el cuello que le impidió jugar el sábado en Sochi, y qué decisión médica se adoptará con el versátil Sebastian Rudy, que debió abandonar el primer tiempo por una fractura en la nariz.
Las noticias positivas derivan del buen nivel que mostró el punta Mario Gómez al entrar para mejorar el semblante de un equipo que se venía abajo, y del vértigo que imprime el joven extremo de 22 años Julian Brandt cada vez que pisa la cancha.
Por contra, pasarán largo tiempo en el frío Mesut Özil y Sami Khedira, hasta el comienzo del Mundial intocables para el técnico.
La recuperación de Kroos, quien pasó de villano, por la falla grosera que originó el gol sueco, a héroe con el golazo de rosca que dio el triunfo en el minuto 96, contribuye a reforzar el armado del equipo campeón, que necesita 'ganar o ganar' para limpiar definitivamente la imagen decepcionante del debut.
Y si por las cosas del fútbol la victoria se complicara, otra ironía se podrá registrar en la historia de este Mundial: el campeón quedará en manos de su verdugo en la primera jornada, México, que con dos triunfos ya está clasificado y cerrara su presentación en la fase de grupos en Ekaterimburgo frente a los necesitados suecos.
El mismo miércoles Brasil estará en Moscú definiendo su suerte frente a Serbia.
A Neymar Marcelo, el entrenador Tite y el central Thiago Silva le han pedido calma, evitar revolcarse en el fango.
A la Mannschaft los críticos le piden rebeldía, sin importar que ello signifique dejar de lado el frac y desempolvar las viejas armas que permitían ganar 'a lo Alemania'.
Día de emociones, de emociones diversas.