La Gibraltar de Rusia

Kaliningrado es un sitio muy peculiar. Pertenece a Rusia pero no está en Rusia. Es como Gibraltar para los ingleses pero no tan lejos, mucho más grande y, por supuesto, más importante. De hecho, la provincia de Kaliningrado limita al norte y al este con Lituania y al sur con Polonia y su origen es alemán. Fue fundada en 1255 por el Rey Otakar II de Bohemia durante la conquista y cristianización de Prusia e incluso en el siglo XIX se convirtió en la capital de Prusia Oriental bajo la denominación de Konigsberg.

Así siguió hasta la unificación alemana, de la que pasó a formar parte, pero durante la Segunda Guerra Mundial se libraron durísimos combates en ella entre el Ejército Rojo y las fuerzas defensoras alemanas, saliendo estas derrotadas y cambiando por completo el futuro de la ciudad...

Como resultado de la Conferencia de Postdam, después de la Gran Guerra, los territorios de Prusia Oriental fueron anexionados a la Unión Soviética debido a la necesidad que tenía el país de acceder a puertos libres de hielo en invierno. La ciudad resultaba importante a nivel estratégico por ser una salida al Mar Báltico que no se congela durante el invierno.

Hasta aquí la historia de la ciudad, porque el Estadio de Kaliningrado, escenario del Marruecos-España, también tiene la suya, aunque sea corta. Ha costado unaa millonada y apenas va a acoger partidos de alto nivel más allá de los que se celebren en el marco de la Copa del Mundo. El equipo de la ciudad, el Baltika, tiene problemas para costear la manutención del recinto y, aunque se empeña en disponer de él, va a quedar para conciertos y otros eventos de mayor magnitud que los que puede generar un equipo de la Segunda división rusa.

¿La ciudad? Ha dado tiempo a poco. Parece más caótica que Krasnodar pero más bonita... aunque no tanto como Kazán. Sochi es otra cosa, una especie de parque de atracciones en la playa. Al final, estamos deseando volver a Krasnodar y que dure. Será señal de que avanzamos en el Mundial.