Kaliningrado (Rusia), 25 jun .-
David de Gea (3): Sigue sin estar en el Mundial, superado en cada partido y con la cabeza fuera acusando la presión y su mal torneo. Llegó su primera parada en el Mundial, pero hasta en esa acción salvadora tardó en dar el paso para salir y tapar espacios en el mano a mano. El inicio no le ayudó, vendido en un uno contra uno en el que le superaron por debajo de las piernas. Salvó el segundo con una rodilla al suelo. Le hizo respirar, pero en la segunda parte se quedó parado en un disparo a la cruceta y mirando el balón en el segundo gol.
Dani Carvajal (5): fue su segundo partido tras la lesión muscular con la que llegó al Mundial y se le ve aún falto de confianza. Mantiene su bravura, va ganando ritmo, pero aún está lejos de su verdadera identidad. En alguna subida dejó un centro bueno, pero no tuvo continuidad. Defensivamente no pasó excesos apuros.
Sergio Ramos (4): falló en los dos goles de Marruecos. Tuvo su parte alícuota de culpa en el primero, cuando se apartó de lo que consideró un control de Iniesta, sin ver que Boutaib les robaría la cartera. Hizo temblar a toda España al perder el salto en el saque de esquina del segundo tanto. Intentó corregir sus fallos con raza, dando todo en cada choque de un partido que se endureció por momentos y sacando la cara por sus compañeros. Le faltó concentración y velocidad para contrarrestar los contragolpes del rival.
Gerard Piqué (5): no ayudó a calmar la inseguridad defensiva de la selección española, en acciones tan básicas como perder su espalda en un saque de banda que provocó la primera y única parada de De Gea en el Mundial. Estuvo más fuerte en el juego aéreo y generó peligro en sus incorporaciones ofensivas. Protagonizó tres remates, el tercero acarició el poste tras su testarazo.
Jordi Alba (5): no tuvo trascendencia en el encuentro, aportando más en la parte ofensiva que en la defensiva, pero sin dejar ninguna de sus acciones desequilibrantes que concluye con pases de peligro. Bien en el aspecto físico en un nuevo despliegue para no parar de subir y bajar durante todo el partido. El peligro de Marruecos no vino por su banda.
Sergio Busquets (6): corrió el peligro de recibir una cartulina amarilla que le hubiese impedido jugar los octavos de final. A los 6 minutos realizó una falta por detrás que fue el aviso, pero se mantuvo firme el resto del partido. En la posesión buscó dar velocidad al toque, seguro en el pase siempre. Dispuso de una clara ocasión para marcar que perdonó, solo para rematar de cabeza tras saque de esquina a los 37 minutos.
Thiago (5): fue la sorpresa en el once de Hierro en un partido que esperaba más abierto y con el que pretendía aumentar la calidad en la posesión. Con Thiago está asegurada, pero le faltó profundidad y consistencia. En sus intentos de marcar le faltó confianza. Tuvo dos ocasiones en las que chutó desviado. Sin fe.
Andrés Iniesta (8): firmó su mejor partido en el Mundial, el primero que juega entero, siendo referencia de todos sus compañeros y desequilibrante con su verticalidad, rompiendo líneas con cada uno de sus movimientos. De sus combinaciones con Isco salió lo más vistoso del juego de España, los únicos que le metieron profundidad. Cuando empezó a disfrutar a su tercera acción creó la acción del gol de Isco. En la segunda parte fue bajando su participación según se le apagó el físico.
David Silva (3): no está siendo su Mundial. Lo intenta con voluntad, apareciendo con movilidad por cualquier zona del ataque pero sin el acierto mostrado en la fase de clasificación en los últimos metros. Sus errores en el pase provocaron que Marruecos lanzase rápidos contragolpes con los que se tambaleó España. Sus intentos de generar peligro fueron en vano y no disparó a puerta. Sigue sin marcar en un Mundial y España añora sus goles.
Isco Alarcón (8): salió al rescate de España, siendo el mejor de la fase de grupos, siempre referente y mostrando liderazgo. Impuso su calidad a la dureza de la selección marroquí, que lo intentó frenar a base de patadas. Firmó el empate definiendo con calidad arriba una asistencia de Iniesta. Lo buscó siempre en una sociedad mágica. Y en su cabeza estuvo el 1-2 que le sacaron bajo palos. Está fino, en gran forma física para no cesar de intentarlo todo el partido por cualquier rincón del campo, y con una confianza desbordante.
Diego Costa (7): perdió su olfato goleador del torneo para aportar en su faceta más asociativa. Explotó su juego de espaldas, incansable en sus movimientos y buscando generar espacios, cayendo a banda para dar una salida al juego. Le faltó tacto con el balón en varias acciones que le desesperaron, pero fue el que vio la jugada del primer gol, lanzando de su movimiento y el pase a Iniesta la acción de peligro. Solo un remate a puerta, a pase de Iniesta que remató con la plancha de su bota sin poder superar al portero rival.
Iago Aspas (8): entró en el minuto 74 por Costa y fue el salvador de la selección española extendiendo su dulce momento goleador como internacional. De tacón marcó el gol del milagro, revisado en la jugada más difícil de decidir para los colegiados a través del VAR en todo el Mundial.
Marco Asensio (6): completó el doble cambio de Hierro pasando al plan B con su presencia a 16 minutos del final. Enganchó un cabezazo que no encontró portería, pero no tuvo una zona determinada en ataque, moviéndose con libertad y sin abrir el campo pegado al costado izquierdo.
Rodrigo (-): Entró a los 84 minutos como el recurso a la desesperada de Hierro tras el segundo gol de Marruecos. Buscó espacios para crear peligro y a Iago Aspas en su única jugada.