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Queiroz amenaza a Cristiano

Cristiano Ronaldo, en un entrenamiento de Portugal en el Mundial de Rusia.
ElDesmarque - EFE

El gran momento y la determinación de Cristiano Ronaldo afronta uno de los momentos clave de la competición para su selección, Portugal, que se juega en Saransk la clasificación para los octavos de final en el duelo ante Irán, que busca el mismo objetivo y que dirige el otrora seleccionador luso Carlos Queiroz.

El choque del Mordovia Arena forma parte de una jornada determinante en el Grupo B. Ambos pretenden superar la fase de grupos, por lo que también estarán pendientes de lo que suceda en el otro duelo del cuarteto entre España y Marruecos, ya eliminada.

Portugal afronta la contienda con un punto más que Irán, que pretende alcanzar los octavos de final por primera vez en su historia y que estuvo cerca de salir airoso del duelo contra España.

El empate asegura el avance, aunque no el primer puesto, del conjunto de Fernando Santos, que cuenta con todos los jugadores a su disposición después de que los tocados se hayan recuperado a tiempo.

Joao Moutinho ha sido el último en incorporarse al plantel. Víctima de un proceso gripal, no ha se entrenado hasta el día antes del encuentro, en la última sesión en Kratovo. Aún así, puede formar parte del centro del campo luso.

Raphael Guerreiro, víctima de problemas musculares, ya se unió a la plantilla el sábado después de estar varios día con cuidados médicos. Se ejercitó con normalidad desde entonces y ocupará el lateral izquierdo de Portugal.

Fernando Santos apostará casi por el mismo grupo para el choque contra Irán. La única duda que tenía era la de mantener a Joao Mario de inicio o volver a apostar por Bruno Fernandes como ante España. La posible baja de Moutinho de inicio puede propiciar que ambos coincidan en el once inicial

Irán afronta el partido en la posición que Carlos Queiroz desea al principio del campeonato: con todas la opciones de clasificación abiertas y frente a una de las favoritas necesitada y obligada a atacar para buscar la victoria.

El preparador portugués, conocedor de sus debilidades y de la extrema potencia de sus rivales, confía en una única variante estratégica: solidez defensiva, presión colectiva, líneas muy juntas y solidaridad en el centro del campo en espera de un error que le permita lanzar el contraataque.

En el primer partido le funcionó y en el segundo casi lo logra. Los persas resistieron los embates de Marruecos en el primer encuentro y pese a que no dispararon a puerta en toda la segunda parte, una jugada afortunada les concedió un vital botín de tres puntos.

Frente a España, la misma táctica duró casi una hora: el tiempo que tardó Andrés Iniesta en zafarse de su pegajoso marcador y filtrar un pase que Diego Costa introdujo con la misma fortuna con la que los iraníes ganaron a Marruecos.

Todo apunta a que Queiroz, que se convertirá en el vigésimo técnico que se enfrenta a su propio país en un Mundial y que ha calificado este choque como el más importante en los siete años que lleva como seleccionador, repetirá estrategia para negar a Portugal y toparse con un resultado que hiciera historia.

Y por lo visto en los entrenamientos, podría repetir once a pesar de la evolución de los tocados, con un centro del campo anclado en las botas del ex del Atlético de Madrid Said Ezatolahi, el hombre de más calidad del conjunto.

Las dudas residen en el centro de la defensa y la eventual participación de inicio de Alireza Jahanbakhsh, el delantero del AZ Alkmaar, máximo goleador esta temporada de la liga holandesa, por el que se ha interesado la Real Sociedad.

Jahanbakhsh formó parte del equipo titular frente a Marruecos y salió desde el banquillo en la segunda parte en el encuentro ante España.

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