La selección argentina venció este martes a Nigeria y se clasificó, no sin sufrir, para los octavos de final del Mundial de Rusia.
El cuadro argentino llegaba con la soga al cuello tras empatar ante Islandia y caer con estrépito ante Croacia de forma previa y sólo podía ganar y esperar al resultado del otro encuentro para acceder a la siguiente fase.
Messi puso por delante a los suyos, pero Moses logró empatar desde los once metros el partido. En los minutos finales, Rojo devolvería la ventaja a Argentina y todo un país respiraría aliviado tras el pitido final de Çakir.
El resultados supuso la liberación total de unos jugadores que sabían que no podían fallar. Tanto fue así que las lágrimas inundaron tanto el césped, con miembros del cuerpo técnico y algunos jugadores llorando, como la grada, con la afición feliz de no haber vivido tanto sufrimiento en vano.