Moscú, 26 jun .- La selección de Portugal, actual campeona de Europa, se mantiene en la ruta de la conquista del sueño pese al sufrimiento y agonía que tuvo que vivir en el Mordovia Arena de Saransk ante Irán y al flojo rendimiento futbolístico durante toda la primera fase.
'ConquistaOSonho' es el lema utilizado para este Mundial de Rusia 2018. Sigue vigente, aunque por un momento estuvo por desvanecerse si la selección iraní, tras empatar con un penalti decretado gracias al VAR, hubiera aprovechado su última gran ocasión.
De haber entrado aquel balón, Portugal, que durante muchos minutos tenía en su poder la primera plaza del grupo B, tendría que haber hecho las maletas de forma prematura y sorprendente.
Como en los dos anteriores partidos, ante España y Marruecos, Portugal no ejerció de cabeza de serie y hasta por momentos estuvo a merced del conjunto de su exseleccionador Carlos Queiroz. En esta ocasión fue superior en estadísticas como posesión (62-38), en tiros a puerta (14-8, 7-5 entre los tres palos) y en pases (619-226).
Pero, otra vez, no dio la sensación que debe dar o que espera su afición del campeón de Europa. Además, le falló en esta oportunidad su gran baza, Cristiano Ronaldo.
El delantero del Real Madrid, que llegaba a este encuentro con cuatro goles en el zurrón, no estuvo fino. Incluso malogró a los 53 minutos una pena máxima que le detuvo el meta iraní Ali Beiranvand y que hubiera supuesto el 2-0. Después hasta por un momento se temió por su expulsión tras una acción con un rival que, tras recurrir al VAR, quedó en una cartulina amarilla.
Cristiano Ronaldo, no obstante, ha sido el líder y el sustento del conjunto de Fernando Santos en su andadura en el grupo B. Ha sido el factor al que se ha agarrado un equipo que aún no ha encontrado su fútbol, o al menos ese juego que le permita controlar con cierta solvencia los partidos.
Si frente a Marruecos el guardameta Rui Patricio fue el otro 'salvador de la causa', ante Irán el factor diferencial fue Ricardo Quaresma. Gran amigo de Cristiano Ronaldo, demostró que tiene uno de los mejores golpeos con el exterior de los últimos años.
El actual futbolista del Besiktas, que ha militado en su dilatada carrera en el Barcelona, entre otros, estrenaba titularidad en el torneo. No defraudó. Se fabricó un extraordinario gol con un gran disparo que a la postre resultó clave para la supervivencia de Portugal en esta Copa del Mundo.
Lo peor es que de nuevo, como también le ocurrió a España, no supo manejar el encuentro y dio vida a su rival, que no solo empató sino que estuvo muy cerca de completar la remontada y de mandar a las 'quinas' de regreso a Portugal.
La plantilla, no obstante, sigue fuerte como grupo. Sabe que desde las dificultades pueden crecer más y mejor. Para los lusos está cumplido el primer objetivo. No hay grietas.
Hay satisfacción por el paso dado, pero medida. Llega un nuevo comienzo de Mundial con las eliminatorias directas. La exigencia sobre el papel se incrementa. Enfrente, el próximo sábado en Sochi, estará Uruguay. La Celeste de Diego Godín, de Luis Suárez, de Edinson Cavani, que ha ganado sus tres partidos y no ha encajado gol alguno, se cruza ahora en el sueño de Portugal.