Suiza, envuelta en la polémica por las celebraciones políticas de Xherdan Shaqiri y Granit Xhaka en los goles ante Serbia, conseguirá un billete para los octavos de final con un empate ante Costa Rica, que no se juega nada más que el honor de cerrar el Mundial con una victoria.
El conjunto helvético no ha disfrutado con tranquilidad de los tres puntos decisivos que consiguió ante Serbia en el segundo partido de la fase de grupos. Los tantos de sus jugadores precedieron a un par de gestos que han costado una sanción de la FIFA de 10.000 dólares para Shaqiri y Xhaka.
Ambos futbolistas, de origen albano-kosovar, celebraron sus tantos haciendo con sus manos la figura del águila bicéfala presente en la bandera de Albania. El gesto molestó a los serbios, que no reconocen la independencia de Kosovo, antigua provincia del país balcánico. La FIFA consideró el acto como "comportamiento antideportivo" y multó a Shaqiri y a Xhaka.
Pero eso parece no haber afectado a la expedición del conjunto centroeuropeo, que ha cerrado filas entorno a sus dos hombres, casi los dos más importantes de Suiza y que han visto como han sido apoyados por sus compañeros.
También por el técnico Vladimir Pétkovic, que afrontará el partido sin sancionados ni lesionados y tendrá disponibles a sus 23 jugadores. Todo indica que no hará ningún cambio y alineará a los mismos hombres que derrotaron a Serbia. Confía en ellos y repetirá once salvo sorpresa.
Suiza, con un empate, hagan lo que hagan Brasil y Serbia en su partido, seguirá adelante en la competición. Una victoria podría darle el primer puesto siempre que gane por una mayor diferencia de goles a la que consiga el conjunto sudamericano si vence al balcánico.
El resto de resultados abriría un abanico de posibilidades en el que habría que echar mano de la calculadora. Si pierde por más de dos tantos, un empate entre brasileños y serbios eliminaría a Suiza, mientras que si es por una diana de diferencia, seguiría adelante si Brasil y Serbia empatan 0-0 o 1-1 o si el conjunto balcánico gana por tres goles al sudamericano.
Sin duda, la victoria o el empate evitarían cualquier susto y dejaría a Suiza a un paso de su techo histórico, los cuartos de final que consiguieron en el Mundial que organizó en 1954, en Francia 1938 y en Italia 1934.
Mientras, la selección de Costa Rica afronta el partido contra Suiza sin nada que jugarse en lo deportivo, pero sí mucho en lo anímico, ya que cerrar su participación en el Mundial de Rusia 2018 con buena imagen es imprescindible para una selección llena de dudas tras su eliminación.
La inesperada derrota ante Serbia (0-1) en la primera jornada echó por tierra gran parte de las opciones de los de Óscar Ramírez para pasar a los octavos de final, el objetivo con el que venía la 'Sele' a Rusia tras su espléndida actuación en Brasil 2014, donde sorprendió como cuartofinalista por primera vez en su historia.
Tras aguantar el 0-0 a Brasil durante 91 minutos y ver certificada su eliminación con dos goles en el descuento de Coutinho y Neymar, los jugadores del 'Macho' Ramírez (llamado así por su pelo rubio cuando era jugador) no querrán marcharse de Rusia 2018 sin haber marcado un solo gol ni sumado un solo punto, algo que intentarán hacer ante Suiza.
De la misma forma, su entrenador, que ha sido objeto de amenazas en las redes sociales fuertemente criticadas por los jugadores, querrá cerrar del mejor modo este Mundial, en el que su figura y la elección del estilo de juego han sido constantemente cuestionadas.
En lo deportivo, no se prevén muchos cambios en la alineación que han empleado los 'ticos' durante este Mundial, con el esquema de cinco defensores ya empleado, el medio campo con Celso Borges y David Guzmán en el centro, Bryan Ruiz y Johan Venegas a los costados; y Marco Ureña como referencia arriba.