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Los indios Taurepang volvieron a mostrarse incondicionales con la Canarinha

Pacaraima (Brasil), 27 jun .- Los indios Taurepang de Sorocaima, una pequeña comunidad en la reserva indígena de Sao Marcos y a pocos kilómetros de la frontera de Brasil con Venezuela, volvieron a dejar claro hoy, con su claro apoyo durante todo el partido de la selección brasileña, que son incondicionales de la Canarinha.

La comunidad paralizó todas sus actividades para ver por televisión el partido en que Brasil venció por 2-0 a Serbia y avanzó a octavos de final del Mundial de Rusia 2018, y dio muestras de que confía más en el sexto título brasileño que muchos otros hinchas de este país aún con dudas o que desconfían de la capacidad del conjunto nacional.

Los Taurepang se reunieron en pequeños grupos en las casas de Sorocaima, que cuentan con televisor, y durante los 90 minutos del encuentro nada se movió en esta comunidad ubicada sobre la carretera que comunica a Boa Vista, la capital del estado amazónico de Roraima, con Pacaraima, el municipio brasileño en la frontera con Venezuela.

"No diga una cosa de esas", afirmó Mario, un adolescente vestido con una vieja camiseta de la selección brasileña al ser interrogado por Efe sobre las dudas que existen entre muchos otros brasileños sobre la capacidad de la Canarinha de llegar a la final.

Las caras de incredulidad de las otras ocho personas que asistían al partido en una pequeña y humilde casa de madera en medio de Sorocaima dejó claro que para los Taurepang no hay ninguna duda.

Los habitantes de Sao Marcos, un territorio indígena compartido por familias de las etnias Macuxi, Taurepang y Wapichana, están totalmente adaptados a la cultura no india, visten ropas occidentales y están al tanto de lo que ocurre en Brasil, por lo que no podrían estar ajenos de la campaña de la Canarinha para intentar conquistar su sexto título mundial.

La presencia en el recinto de un pequeño niño vistiendo una camisa de la selección brasileña con el nombre de Neymar también deja claro la preferencia de los Taurepang y de la gran mayoría de los 5.838 habitantes de esta reserva de 654.000 hectáreas en el extremo norte de Brasil.

Pero los collares con piedras, los adornos con plumas, las artesanías con que decoran sus casas, las enormes planchas de casabe de yuca sobre sus mesas, la caldeirada (sopa) sobre la estufa de leña y los cartílagos de res colgados alrededor de la casa dejan claro que los Taurepang aún conservan varias de sus costumbres.

"Eso no es nada en comparación con lo que tendremos en la final, cuando Brasil dispute el título", afirmó una mujer que mezclaba prendas occidentales con vestimentas autóctonas al ser interrogada sobre las vísceras que asaba en una parrilla.

A pocos kilómetros de Sorocaima, en Pacaraima, la ciudad por la que diariamente cruzan 400 venezolanos que piden refugio o residencia provisional en Brasil, las calles seguían llenas a la hora del partido y los grupos siguiendo el partido tras los televisores no eran tan nutridos.

Además del desinterés de los venezolanos por el fútbol, el movimiento normal en Pacaraima mostró que los brasileños no indios no son tan incondicionales de Brasil como los Taurepang.

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