Colombia e Inglaterra cruzan sus ilusiones este martes en Moscú, en unos octavos de final del Mundial que ambas selecciones afrontan reforzadas por su trayectoria en la fase de grupos y convencidas de que se encuentran ante una oportunidad histórica.
La tercera presencia colombiana en la segunda ronda -tras Italia 1990 y Brasil 2014- vuelve a alimentar los sueños de gloria del conjunto de José Pekerman.
Pero, si hace cuatro años, el conjunto cafetero supo aprovechar el bajón moral de Uruguay, al que le acababan de comunicar la sanción a Luis Suárez, para imponerse en el Maracaná, ahora se enfrenta a un equipo reforzado anímicamente, que se cree capaz de todo.
Este equipo inglés de Gareth Southgate, el tercero más joven del torneo con 26 años de promedio, ha cambiado el estado de ánimo de un país que hace tan sólo dos años vivió su momento más bajo, cuando Islandia le ridiculizó en la Eurocopa.
Entonces, con Roy Hodgson dimitiendo en la misma sala de prensa, nadie quería hacerse cargo del equipo de los Tres Leones. Al final, la FA (federación inglesa) eligió a Sam Allardyce y, dos meses después, lo destituyó tras filtrarse cómo hacía de intermediario para burlar las leyes británicas del mercado de fichajes.
Southgate, al mando de la sub'21, se convirtió en una solución de emergencia, un interino para cuatro partidos que lo hizo tan bien que se ganó el puesto fijo. Y de la mano del exdefensa, Inglaterra no sólo ha rejuvenecido su equipo, sino que ha crecido hasta volver a pensar en el título.
Buena parte de la culpa la tiene Harry Kane, convertido en el goleador del Mundial y, además, en el líder que Inglaterra tanto ha echado de menos.
A Southgate, sin embargo, se le reclama ahora su decisión de plagar de suplentes el tercer partido. El técnico hizo 8 cambios, perdió contra Bélgica y el segundo puesto del grupo le cruzó con Colombia, el rival menos deseado. Porque la selección colombiana mete miedo.
El conjunto de José Néstor Pékerman, después de un comienzo de torneo para olvidar, con una sorpresiva derrota a manos de Japón (1-2), encauzó el rumbo en las dos siguientes jornadas, con triunfos contra Polonia (3-0) y Senegal (1-0), y llegó a octavos como primero del Grupo H.
Con la defensa apuntalada, con Ospina recuperando su mejor nivel y la dupla Davinson-Mina totalmente asentada en el eje de la zaga, Carlos Sánchez recuperado para la causa, Quintero ejerciendo de '10' y Falcao arriba, la única -e importante- duda es saber si James Rodríguez llegará a tiempo.
El futbolista del Bayern de Múnich se marchó 'tocado' en el encuentro ante Senegal y el pasado sábado por la noche la Federación Colombiana (FCF) informaba que sufría un "edema menor sin ruptura fibrilar en el sóleo derecho", No es una rotura fibrilar en el sóleo, como inicialmente se pensaba, lo que le habría dejado sin Mundial, pero es duda ante Inglaterra.
Si hace cuatro años James logró que incluso la prensa británica pronunciase bien su nombre, ahora el foco se pone sobre un equipo con más experiencia internacional, con jugadores conocidos en la Premier (David Ospina, Davinson Sánchez, Juan Guillermo Cuadrado, Radamel Falcao), al que se añade el gran momento de Juan Fernando Quintero.
Quintero ha resurgido en el Mundial cuando parecía que sería un caso más de talento precoz desaprovechado. El volante ha participado en los cinco goles de su selección -marcando uno y dando la asistencia en los otros cuatro- y ha asumido el liderazgo que la condición física le ha arrebatado a James.
James, que era la principal preocupación de Inglaterra, se ha convertido en motivo de desvelo de Pekerman, que en Kazán ensayó un 'once' con tres en la medular -'La Roca' Sánchez, Barrios y Uribe- y Cuadrado, Quintero y Falcao arriba. Pero que también podría dar entrada en el ataque a Luis Muriel, sustituto del jugador del Bayern contra Senegal.
Southgate, mientras, probablemente retornará al once que alineó en la primer jornada, con el regreso de Delle Alli, que ya está recuperado de los problemas musculares en un muslo que le apartaron de los dos encuentros previos.