La selección de Bélgica ya no es una promesa. Los tiempos en los que se hablaba de los 'Diablos Rojos' ya terminaron y ahora sí se puede decir que son una favorita clara a llevarse el Mundial el próximo 15 de julio.
La generación de oro comandada por Kevin De Bruyne, Eden Hazard, Romelu Lukaku, Axel Witsel, Thibaut Courtois o Vincent Kompany ya se ha hecho mayor y apunta a Luzhniki.
Lo que comenzó con unos cuartos de final meritorios en Brasil 2014 siguió con la debacle ante Gales en la Eurocopa de 2016. Por eso, el Mundial de Rusia se presentaba como la gran oportunidad de los belgas para aspirar a un trofeo en el que sólo estuvieron cerca en las semifinales de 1986.
Ahí Maradona acabó con el sueño de una selección que comenzó un largo letargo con el nuevo milenio. La derrota con Brasil (precisamente ellos) en los octavos de final de 2002, con polémica incluida, dio inicio a una época oscura de 12 años. El tiempo que tardaron en volver a alcanzar una fase final.
El triunfo definitivo no fue con Marc Wilmots, estrella en esa cita de Corea y Japón. Tuvo que llegar un técnico español como Roberto Martínez para cambiar el esquema en su primera experiencia fuera de Reino Unido con un 3-4-3 que ya es historia del fútbol belga.
'Bob' ha encontrado la clave táctica de su equipo, que sabe incluso superar situaciones límite como el 0-2 contra Japón ya avanzada la segunda parte. Otra favorita como Francia será la rival en busca de la primera final de su historia, pero ya Bélgica puede mirar de tú a tú a cualquier selección del mundo. Y es que no todos los días se elimina a una pentacampeona del mundo.