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Valeri Jarlámov, el "Messi" español del hockey sobre hielo

Ignacio Ortega

Moscú, 13 jul .- El Mundial se juega en Rusia, donde el deporte rey no es el fútbol, sino el hockey sobre hielo. Lo que Messi es ahora para el fútbol, lo era el español Valeri Jarlámov para el hockey: una leyenda.

"Si lo comparamos con el fútbol, mi padre sería como ahora Messi", comentó a Efe su hijo, Alexandr Jarlámov, en el pabellón del CSKA Moscú.

Jarlámov, considerado uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte, fue dos veces campeón olímpico, ocho campeón mundial y durante más de una década fue la mayor estrella del hockey universal (1968-81).

Según el baloncestista Chechu Biriukov, cuya madre viajó en 1937 con destino a la URSS en el mismo barco que la progenitora de Jarlámov, asegura que la popularidad y el carisma del español era comparable a la de Pelé.

"Como todos los españoles era muy impulsivo, alegre, abierto y apasionado. Era una persona que no tenía enemigos. A nadie le decía que no, ayudaba a todos. Por eso, lo quería todo el mundo. Gran deportista y gran persona. Todo en uno", señaló Alexandr.

La niña bilbaína Carmen Orive Abad llegó al puerto soviético de Odessa huyendo de la Guerra Civil junto a otros "niños de la guerra" en 1937. Su padre combatió en el bando republicano y su madre fue encarcelada.

Carmen se casó con un ruso, Boris Jarlamov, y en 1948 nació Valeri. Volverían a España en 1956, pero apenas aguantaron ocho meses. La represión franquista se les hizo irrespirable.

"Le llamaban 'Rusito'", rememora su hermana, quien admite que a Valeri no le gustaba rezar.

Valeri hizo sus pinitos en el fútbol. Uno de sus primeros entrenadores tenía muchas esperanzas puestas en él, pero optó por el hielo. Aunque su físico -1,73 metros- era más de un futbolista que de un jugador de hockey.

"Mi padre jugaba muy bien al fútbol desde niño. Los sábados por la mañana siempre jugaba en el patio de casa con los hombres y los niños del barrio. Venía mucha gente a verlo jugar", relata.

Según Alexandr, "mi abuela era puro fuego y mi padre era como ella. El hockey es un juego agresivo, así que esas cualidades le vinieron muy bien. Le ayudaron a triunfar".

No obstante, no lo tuvo fácil. Primero sufrió problemas respiratorios y después tuvo que irse a los Urales, concretamente a la ciudad de Chebarkul, a hacer méritos.

"No lo tuvo nada fácil. Pocos creían en él. Pero, pese a su pequeña estatura, se convirtió en el jugador de hockey más grande de nuestro tiempo", comentó a Efe Viacheslav Fetísov, quien jugó con Jarlámov en el CSKA y en la selección nacional.

Eso sí, una vez volvió a Moscú, ya nadie le quitó el puesto de titular. Formó parte de la mejor delantera de la historia del hockey: Jarlámov, Petrov y Mijáilov. La hegemonía de la URSS durante esos años fue incontestable.

Hasta entonces era simplemente una estrella del deporte soviético. Lo que le convirtió en leyenda al numero 17 fue la Superserie de 1972, el primer enfrentamiento entre la URSS y Canadá en territorio norteamericano.

Los canadienses daban por hecho que aplastarían a la "Máquina Roja", pero Jarlámov dio un recital. La URSS remontó un 2-0 en contra, en gran medida gracias al español, que marcó dos tantos.

"Tenía un estilo irrepetible, yo creo que porque tenía sangre española. Desde 1981 no ha habido ningún jugador que haya podido repetir su estilo. He hablado con muchos defensas y me dijeron que era incontenible. Su astucia y virtuosismo lo hacían imparable", resaltó Fetísov.

Los canadienses quedaron tan impresionados que le ofrecieron un contrato multimillonario para que jugará en su liga. Según su hijo, a Valeri le hubiera gustado jugar "contra los mejores", pero era un "cuento de hadas irrealizable".

"En aquella época era imposible emigrar. El Telón de Acero estaba muy vigente. Todos los jugadores del CSKA era oficiales del Ejército y eran educados en el patriotismo. Para mi padre y sus compañeros defender los colores de la URSS no eran palabras vacías", señaló.

Sin duda, contribuyó a la leyenda el hecho de que Jarlámov murió a los 33 años, en un accidente de coche (1981). En el plano deportivo, la tragedia es comparable a la muerte, también accidental, de Yuri Gagarin.

Curiosamente, en ese momento Jarlámov se estaba planteando su retirada. Además, se le había acercado un representante del Comité Olímpico Español para que se instalara en España y popularizara el hockey sobre hielo en el país.

"Mi padre podía haber sido seleccionador español. Había compartido ya sus planes con Petrov y Mijáilov", señaló Alexandr, que es ahora subdirector deportivo del CSKA.

Al respecto, Fetísov comentó que, "si no hubiera muerto, el hockey sobre hielo en España sería otro".

Los compañeros de equipo de Jarlámov apadrinaron a sus hijos. Como no podía ser de otra forma, Alexandr jugó al hockey. Su hermana, conocida como Begoñita, fue gimnasta y tiene un niño pequeño que sueña con que prosiga la saga familiar.

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