La final se presenta como un duelo táctico entre Didier Deschamps y Zlatko Dalic, pero también como un trepidante pulso entre Antoine Griezmann y Luka Modric. Esas pequeñas rivalidades individuales, entre N'Golo Kanté e Ivan Rakitic o entre Hugo Lloris y Danijel Subasic, se repiten en cada posición clave, ahí donde cualquier detalle se intuye decisivo.
Estos son los grandes duelos de la final:
Didier Deschamps y Zlatko Dalic son los dos estrategas que se sentarán en los banquillos. Su idea parte de un mismo esquema (4-2-3-1), pero los intérpretes son distintos.
El técnico francés tratará de explotar la potencia, la fuerza y la velocidad de sus pupilos; mientras que el seleccionador croata se entregará al talento de Ivan Rakitic, al liderazgo de Luka Modric y al "carácter, orgullo y corazón" de un grupo que ha hecho historia.
La presión, según remarcó Dalic en la antesala de la primera final del combinado ajedrezado, no estará en su lado.
Sí en el galo: el equipo 'bleu' puede volver a ceñirse la corona 20 años después de su triunfo en el Mundial de Francia 1998.
Entonces Didier Deschamps era el capitán. Ahora aspira a emular al brasileño Mario Zagallo y al alemán Franz Beckenbauer, campeones del mundo como jugadores y como entrenadores.
Son las estrellas de la selección de Francia y de Croacia. Firmes candidatos al Balón de Oro y al The Best de la FIFA, Antoine Griezmann y Luka Modric confesaron que renunciarían a cualquier reconocimiento individual por besar la copa.
Esa declinación resume la trascendencia que el choque tiene para el atacante del Atlético y para el centrocampista del Real Madrid.
Ambos comandaron los sueños de sus respectivas selecciones en este Mundial, aunque solo uno se marchará de Rusia con el premio más deseado. La suerte de uno u otro equipo este domingo en el estadio moscovita de Luzhniki pasará presumiblemente por sus botas y es que cualquiera de los dos puede marcar la diferencia, ya sea con un disparo o con una asistencia.
A menudo en la sombra, de ellos depende el equilibrio de sus equipos. Juegan un papel fundamental en el centro del campo, como ancla entre la defensa y el ataque.
El menudo centrocampista del Chelsea exhibió su poderoso físico en cada partido de la escuadra francesa y se convirtió en el gran antagonista de Leo Messi en el cruce de octavos de final ante Argentina. Intocable para Deschamps, volverá a ser el elegido por su oficio y por su capacidad para arrebatar el balón a los rivales.
La solidaridad de Ivan Rakitic también es incuestionable. Moviéndose por detrás de Luka Modric -más mediapunta desde la llegada de Zlatko Dalic-, teje las jugadas del cuadro croata, ya sea con toques en corto o aperturas a la banda.
Él es el que marca el 'tempo' en el conjunto ajedrezado.
Además, resolvió las eliminatorias de octavos y cuartos de final ante los conjuntos de Dinamarca y Rusia al anotar el último penalti de cada tanda. Su figura llena portadas en Croacia.
El paso de Francia y Croacia por Rusia elevó a ambos a la categoría de ídolos. Del joven atacante del Paris Saint-Germain se esperaba una eclosión como la que está teniendo. Llamado a maravillar en la próxima década, con 19 años demuestra que está preparado para desempeñar un rol protagonista, igualmente con la selección de Francia.
Su zancada y su voracidad impulsan a la escuadra gala; será una gran amenaza ante la fatigada defensa croata.
Por banda se ha movido igualmente Ivan Perisic. El extremo del Inter de Milán estaba completando un Mundial discreto... hasta el envite de semifinales ante la selección de Inglaterra.
Se destapó con una actuación colosal. Con el gol que permitió a los suyos forzar la prórroga ante los Tres Leones y con la asistencia que habilitó a Mario Mandzukic en el tiempo extra.
Uno y otro son capaces de todo en la final, aunque la presencia de Perisic es incierta por su estado físico.
Olivier Giroud responde a las críticas con trabajo.
No luce como goleador, pero todos sus compañeros han salido a defender su aportación con y sin balón y su fatigosa lucha con los centrales rivales por el espacio. "Sabemos que puede decidir la final en cualquier centro", remarcó en rueda de prensa Antoine Griezmann, ajeno al desacierto del delantero del Chelsea.
En Croacia, en cambio, el debate en torno a Mario Mandzukic no existe. "Marcó el gol histórico que nos llevó a la final. Es un motivador para el resto. Cuando ves que corre y corre hasta el final, solo puedes hacer lo mismo", dijo Luka Modric.
Aunque en el campo el atacante croata no reconoce a ningún amigo, enfrente tendrá al jugador que le asistió para su primer tanto con la elástica colchonera. En la Supercopa de España que el Atlético negó al Real Madrid la temporada 2014/15, Mandzukic gritó gol tras un pase de Griezmann. En Luzhniki, sin embargo, no lo verá como cómplice sino como 'enemigo'.
La cualidad de revulsivo de Ante Rebic ha aparecido siempre que su equipo lo ha necesitado, en situaciones de emergencia, cuando la selección de Croacia no se estaba encontrando. La reacción ante la escuadra inglesa nació de él, en una primera mitad donde invitó a sus compañeros a rebelarse contra el dominio de los 'pross'.
Su solidaridad y entrega encuentran su contrapunto en Blaise Matuidi, igualmente incisivo y batallador desde el lado francés.
Son recursos que Didier Deschamps y Zlatko Dalic pueden activar cuándo y dónde necesiten.
Desempeñan una función menos lucida, pero su presencia en el centro del campo es vital para Francia y Croacia por su ofrecimiento, fuerza y descaro. En la batalla por la posesión, tanto los 'bleus' como los Vatreni reclamarán su liderazgo y jerarquía.
El aplomo y acierto que muestren en el partido podría resultar capital. De momento, Paul Pogba se apresuró para agitar el ánimo y el orgullo de los suyos: "Como los croatas no tienen una estrella querrán una, pero yo también. Yo tampoco tengo una estrella e iré a buscarla. Somos dos equipos y hay una sola copa".
La aportación de Raphael Varane y Samuel Umtiti explica, en gran medida, la presencia de los 'bleus' en la final del Mundial de Rusia 2018. Ambos festejaron goles decisivos en el camino de la selección francesa hasta la última ronda. Su capacidad aérea es, en efecto, otro argumento ofensivo más aunque la prioridad de los centrales del Real Madrid y del Barcelona deberá ser defender el eje.
En el otro lado del campo, Dejan Lovren y el polémico Domagoj Vida son quienes habitualmente forman como centrales.
Ambos afrontarán una importante prueba ante Mbappé, Griezmann, Giroud, Matuidi y compañía.
Si Deschamps ha encontrado a dos laterales jóvenes y con proyección en Benjamin Pavard y Lucas Hernández, el técnico bosnio Zlatko Dalic confía sus flancos a Sime Vrsaljko e Ivan Strinic.
Estos últimos llegan a la gran cita de este domingo tocados ante los intimidatorios Kylian Mbappé y Blaise Matuidi. Benjamin Pavard y Lucas Hernández, en cualquier caso, también tendrán que medir sus incursiones ofensivas ante Ivan Perisic y Ante Rebic.
Decisivos. Solventes. Trascendentales. Los porteros de Francia y Croacia son protagonistas por sus paradas en un Mundial donde otros guardametas -como David De Gea, Fernando Muslera o Willy Caballero- han sido señalados por sus errores.
La hoja de ruta de Hugo Lloris, capitán francés, es intachable y la de Danijel Subasic simplemente incalificable. Emuló a Sergio Goycochea al parar penaltis en dos tandas distintas de un mismo Mundial (el argentino lo hizo en Italia'90), en los octavos de final ante Dinamarca y en los cuartos de final ante la anfitriona Rusia.